La cabaña (Día 2 - parte 2): Oportunidades de la vida
Fecha: 24/06/2024,
Categorías:
Incesto
Autor: eedwon, Fuente: CuentoRelatos
... humor como para otro problema más
- Yo no soy ningún problema para usted, al contrario, puedo serle de utilidad y regalarle un momento de felicidad con todo esto – al decirlo pasaba sus manos sobre su cuerpo, intentando darme el mensaje de lo que me perdería
- Mira Itzel, te agradezco tu intención de querer ayudar, pero te digo que no, por el momento estoy bien así
- Ande, puede desquitarse conmigo
- No sabes lo que dices, Itzel
- Es en serio, conmigo puede desquitar todo su enojo, su frustración, su molestia, que yo no me quejaré con tal de que yo pueda recibir todo el placer de parte suya
El diablo encarnado en mujer me estaba haciendo tentar, provocaba perder el control con los recuerdos de aquella vez en su casa, quien a pesar de sus veintitantos años sabía bien cómo seducir a un hombre y caer en sus redes.
- Entonces, ¿qué dice?, mire que no soy de andar rogando e insistiendo, solo con usted puedo ser así
- Te lo agradezco Itzel, pero en… - ni siquiera pude terminar la oración, fui callado con un beso de Itzel – espera, ¿qué haces?, nos pueden ver
- ¿Quién? Porque no veo a nadie más por aquí cerca y si le preocupa alguien de la cabaña, de una vez le digo que no se preocupe, que todos están ocupados con sus cosas.
- Pero aun así
- Ya déjese de preocupar – Itzel tomó mi mano y me llevó hacia unos árboles de pino con vegetación alrededor – a ver, yo creo que aquí podemos “conversar” de más cerca – para después abrazarme por el cuello y ...
... plantarme un beso.
Al final había conseguido su objetivo, la tentación había ganado, no quedándome de otra más que dejarme llevar, una vez más, por el momento. Le correspondí su beso, comenzando a acariciar su cuerpo y su culo, el short lycra que llevaba puesto facilitaba todo, apretujaba sus nalgas hacía mí, hasta que le bajé su short y para sorpresa mía no llevaba ropa interior.
Desabotoné mi bermuda y la saqué por completo junto con mi bóxer, dejando libre mi verga la cual se aprisionaba con el vientre de Itzel. Ella con su mano izquierda agarró mi verga y la colocó en medio de su vagina para después moverse, comenzando a lubricarla bien, pero yo no quise esperar tanto, necesitaba sacar todo mi pesar, así que la cargué por sus piernas y la coloqué sobre mi verga, la cual despacio fue entrando en su panocha, dándole el último empujón de manera fuerte, provocando un grito de Itzel. Sosteniéndola de su culito y ella de mi cuello, comencé a moverme fuertemente, parecía una pluma entre mis manos ya que la alzaba por completo para que mi verga entrara y saliera totalmente, así estuve por unos minutos más, para después bajarla al suelo y colocarla de espaldas a mí. En esa posición, la tomé de la cintura y comencé a meterle mi verga, Itzel, con sus manos, se recargó de un pino para así poder tener más equilibrio, mientras que yo seguía con lo mío.
Mis metidas eran intensas, sin ningún remordimiento, mi mente divagaba entre mis aventuras y mi esposa, de algún modo estaba ...