Un día cualquiera (punto de vista)
Fecha: 30/06/2024,
Categorías:
Fetichismo
Autor: ElenaRmz, Fuente: CuentoRelatos
... trapear, y su oloroso cuerpo de macho sentado sobre la reluciente tapicería de mi sala, entonces me saco mis nebulosos pensamientos pecaminosos, preguntando por el susodicho, trayéndome a la realidad aún tenía que hacer la cena y tratar de limpiar el delicioso aroma de este hombre en mi casa antes del regreso de mi marido, a lo que respondí tratando de que no notara mi ansiedad que faltaban al menos 3 horas para su regreso.
Termine mi limonada para poder despacharlo de casa. Antes de que otra cosa sucediera.
Yo: Por cierto, debo comenzar a hacer de comer para tener listo todo cuando regrese mi marido.
Esperando que entendiera la indirecta y se retirara, me dirigí a la cocina, coloque el vaso en la tarja, vi la bolsa de víveres, vi que el “Señor Trabajador” seguía en mi casa, y no sé por qué razón decidí guardar las compras y saque la pequeña escalera de tres peldaños, la coloque frente a la alacena, al tratar de subir el primer escalón mis hermosos tacones, me recordaron que no son para escalar son para lucir, haciéndome perder el equilibrio.
Yo: Me puede ayudar a guardar la despensa “Señor trabajador” – con mi tono de voz más sensual
Tomo el último sorbo de su limonada y apresuradamente entro a la cocina.
Jorge: Dígame Señora Norma, ¿Qué puedo hacer?
Yo: Me detiene mientras guardo la alacena, porque no me siento segura con estos zapatos.
Se colocó cerca mientras tomaba en mis manos varios artículos y antes de subir el primer peldaño
Yo: ...
... sosténgame fuerte “Señor Trabajador”
Sentí un momento de titubeo, habría vuelto el bobalicón?, y entonces sus fuertes, sucias y negras manos se posaron en mi cintura, sube el primer escalón, el segundo con temor pues quizás a esa altura podía oler mi excitación, y finalmente llegue al tercero conocedora que ahora desde ese ángulo podía ver bajo la falda mi sedoso cachetero color perla, podía sentir como sus brazos se estiban en demasía para alcanzar mi cintura, me tome mi tiempo para colocar cada artículo dentro de la alacena, su negras y chorreadas manos lentamente descendieron a mis sobre sus caderas, disfrute la sensación de esas manos grandes envolviéndome, tan grandes eran de cubrían mis costados y su pulgares alcanzaban mis nalgas, disfrutando el toque de este hombre me demore más en acomodar los artículos, un rio emanaba de mis interiores en ese momento. Me movimiento hacia que el moviera sus pérfidas manos por mi cintura hacia mis nalgas, por los costados, por detrás, ya era manoseo que me estaba llevando al cenit del placer.
Entonces cediendo a las punzadas proveniente de mi vientre, pensé; Pues chinga su madre (frase auto motivadora que se dice antes de tomar una mala decisión), ya estaría de Dios.
Yo: Cuidado “Señor trabajador”, voy a girarme, porque no me ha atendido correctamente.
Mientras dando pequeños pasitos empezaba a girar sobre mi eje, evitando partirme la madre, hasta quedar de frente a mí, volteé hacia abajo, pude ver su cara llena de lujuria y ...