1. Un día cualquiera (punto de vista)


    Fecha: 30/06/2024, Categorías: Fetichismo Autor: ElenaRmz, Fuente: CuentoRelatos

    ... deseo.
    
    Yo: No me has atendido por el frente “Señor Trabajador” -con mi sonrisa más picara.
    
    Sus negras y sucias manos, firme pero suave, empezaron a acariciar mis tersas piernas, desde las pantorrillas, lentamente sus callosas manos ponían mi piel chinita, hasta llegar a mis nalgas, introduciendo sus gruesos, rasposos y ¡sucios!!!!, dedos por dentro de mis calzones, sus enormes manos sobaban toda la piel de mis nalguitas con destreza y aplomo.
    
    Al mismo tiempo, sentí el aliento de su boca sobre mis muslos e inmediatamente la humedad de su boca salpicaba mi piel, sobre hidratando mis interiores, sin dejar de sostenerme por la cola su boca subió hasta el origen de mi calor interno, a esa distancia este macho definitivamente podía oler mi estado de hembra en celo.
    
    Sus manos se deslizaron de atrás hacia delante, con habilidad sus ¡asquerosos!!! Dedos retiraron la fina y húmeda tela que cubría mi manantial, su lengua saboreo mis labios inferiores, generándome una sacudida.
    
    Me tomo por la cola, me jalo sobre él como una muñeca de trapo, con la fuerza de hombre que trabaja con sus manos, ¡y que manos!!!
    
    En un parpadeo estábamos en la sala, me acomodo con suavidad sobre el sillón, el sillón donde pasaba las noches viendo la televisión con mi marido, me recostó de modo que mis nalgas quedaron al borde, sus rugosas y obscenas manos manoseaban mis nalgas, su lengua recorría con maestría mi humeante vulva, lamia mis labios, mordisqueaba ligeramente su clítoris, ...
    ... llevándome poco a poco a la cima del placer en medio de mi sala, la sala donde recibía a mis suegros cada fin de semana, pero en este momento solo era el lugar donde encontraba mi hinchado y duro clítoris era devorado, por este sudoroso macho.
    
    Me arqueaba de goce, sus grandes y sucias manos, recorrieron mi cuerpo desde mi cola sobre mi lindo y limpio vestido, hasta poseer mis senos.
    
    Desabrocho los botones de mi nítido vestido, con sus puercos dedos, para liberarlos de su primera barrera, el bra de encaje no podía contener mis duros pezones eran cómplices de las negras intenciones de este trabajador, deseaban escapar de su prisión de tela para encontrarse agradecidos con sus oscuros y escabrosos libertadores.
    
    Sus manos envolvieron mis tetas, sus palmas sobre mis pezones agradecidos por el toque que tanto anhelaban, reaccionaban orgullosamente erguidos a los pellizcos y apriete suave sobre cada uno de ellos, ver esas manos sobre mí, indujeron que el placer me invadía y me enroscaba del goce.
    
    Yo: Si papito, acaríciame con tus manos sucias, tócame toda con esas manos negras que tienes.
    
    Siguió frotando mis bubis, mientras su lengua seguía recorriendo mi abiertos y ansiosos labios vaginales hasta envolverse alrededor de mi clítoris, y de vuelta tratando de penetrar mi receptiva vulva.
    
    Entonces de un solo movimiento de sus impúdicas manos me saco mi hermoso y limpio vestido, por encima de mi cabeza, tirándolo al piso lejos del sillón, al bajar sus negras manos me quito mis ...
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