1. Depravadita


    Fecha: 04/07/2024, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... proporcione el placer que espero, que ansío.
    
    ꟷ ¿Quieres que lleguemos más lejos? ꟷle pregunto tímidamente, sacando aquello de mi boca y clavando la mirada en sus ojos.
    
    ꟷ ¿Te refieres a fo…?
    
    ꟷ ¡Sí, a follar! ꟷ Exclamo, totalmente desatada, sin darle tiempo a terminar.
    
    Sin comerlo, ni beberlo, me veo en una situación totalmente inesperada cuando, atónita, veo como me toma de la barbilla, oprimiendo con cierta brusquedad, con una mirada diferente, puede que agresiva, y me dice:
    
    ꟷ No me gusta que me corten cuando hablo. ¿ENTIENDES? ꟷLevanta ligeramente la voz y añadeꟷ Te voy a follar como a una zorra. Es lo que quieres, ¿verdad?
    
    No alcanzo a valorar mi estado de ánimo tras presenciar lo que he presenciado. Por un lado, me siento intimidada, pero, por otro, me pone a mil su reacción.
    
    “Si, como sospecho, se va a poner en plan dominante a partir de ahora, ¿me conviene o no me conviene”, me cuestiono. Decido que me conviene y motiva el repentino cambio de rumbo y le incito a proseguir por ese camino.
    
    ꟷ Permite, por favor, que te ponga un condón y luego haces conmigo lo que quieras.
    
    ꟷ Esa es la actitud. ꟷResponde sin atisbo de remordimientoꟷ ¿Tienes tú? Yo no tengo.
    
    ꟷ Claro que tengo. Una guarrilla como yo siempre va preparada. ꟷLe respondo como entiendo que le gusta.
    
    Él asiente con la cabeza, aparentemente satisfecho con mi actitud.
    
    Voy corriendo al dormitorio, donde tengo el bolso y un puñadito de preservativos dentro de él. Allí, antes de ...
    ... regresar, contengo el aliento, tratando de calmar los nervios y mi cuerpo tembloroso. Sí, tiemblo como un flan pensando que este renacido y nuevo Antón me gusta mucho más que el de antes. Al menos en este tipo de situaciones, cuando el macho tiene el control de la situación y se muestra más varonil. Bueno, más que varonil debería decir autoritario y seguro de sí mismo y de lo que quiere.
    
    “Al toro y que sea lo que dios quiera”, me digo antes de regresar.
    
    No es precisamente Dios, pero, en aquel momento, Antón es para mí una especie de Zeus dispuesto a someter mi voluntad y adaptarla a sus caprichos. Este pensamiento resulta acertado cuando regreso.
    
    Le encuentro en pie, impaciente. Tanto que ni permite que le coloque el preservativo y lo hace él mismo, a la velocidad del rayo. Luego me toma del brazo derecho, tira de mí hasta colocarme junto al sofá y con un pequeño empujón consigue que caiga hacia atrás y termine sentada.
    
    Arrodillado, me separa las piernas con ambas manos y tira de mí hasta colocarme con el culo en el borde del asiento.
    
    ꟷ Espera, Antón. ꟷLe digo con voz preocupadaꟷ Así puedes hacerte daño en la rodilla. Recuerda que…
    
    ꟷ Ni te preocupes por eso. ꟷResponde acallando mis palabras, tapándome la boca con la mano derechaꟷ Ya casi la tengo bien del todo.
    
    ꟷ Ya. ¿Pero no sería mejor en la cama, yo encima de ti?
    
    Él niega con la cabeza.
    
    ꟷ La cama está demasiado lejos ahora. Y no tendría gracia que seas tú quien me folle.
    
    Tiene lógica la respuesta, a ...
«12...91011...»