1. Depravadita


    Fecha: 04/07/2024, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... preparada cuando regresa, semi tumbada a lo largo del sofá, con las piernas bien abiertas, flexionadas y temblando como un flan. No obstante, antes he pensado en ir al dormitorio y cambiarme la braguita húmeda. Me ha retenido un pensamiento:
    
    “¿Y si viene y no estoy aquí? Por otro lado, a los tíos les motiva más una braguita con aroma a sexo. Mejor me quedo quietecita donde estoy”.
    
    ꟷ ¿Preparada?
    
    ꟷ Sí, cielo. Lo estoy.
    
    Mi respuesta es tímida, pero contundente. Sensual, pero sin rozar el exceso.
    
    Él se sienta en el sofá, en el espacio que abarcan mis piernas, reclina su cuerpo hacia el mío y coloca el cabezal del cepillo justo en el clítoris. Yo ya estoy preparada, tensando la braguita con la mano derecha y acariciando su cabello con la izquierda. Suena un leve clic y aquello comienza a girar. Lo hace más lento de lo que esperaba. Pese a este detalle técnico, el gustito supera con creces mis expectativas.
    
    “Dios, esto debería ser considerado artículo de primera necesidad, y no solo para la higiene dental”.
    
    Las celdas del cabezal giratorio abarcan una mayor superficie, por las inmediaciones del clítoris. Imagino que mi primo había practicado con su ex cuando estaban juntos. La de ratos felices que debió pasar aquella tipa.
    
    Los gemidos manan de mis labios y se precipitan descontrolados. No quiero que pare. Quiero mucho más. Ansío llegar al clímax y gritar de felicidad. Que mis gritos y gemidos se hagan inaudibles entre los aplausos que la gente dedica ...
    ... todos los días, a esta hora, a los sanitarios. Ya deben ser las ocho. Lo siento por ellos. Espero que me perdonen por no salir al balcón como los días precedentes. Así ha surgido. Yo no he marcado los tiempos. Cuando termine saldré yo sola y les aplaudiré gustosa toda la noche. Si los vecinos me lo permiten, eso sí.
    
    Esto no importa ahora.
    
    El aparato se detiene y cesa el zumbido. Abro los ojos para ver qué ocurre. Antón no dice nada, pero entiendo que ha valorado mi estado de excitación y quiere rematarme con la lengua. Eso hace. Separa la prenda íntima con la mano izquierda y posa la lengua en el clítoris, que a estas alturas está duro como un garbanzo, al tiempo que introduce un dedo de la mano derecha en el coño. No sé cuál es, pero debe ser el más hábil a tenor del gusto recibido.
    
    ꟷ ¡Joder, Antón! ꟷExclamo entre gemidosꟷ No sé por qué has guardado el secreto durante tanto tiempo. La de noches felices que hubiese disfrutadoooo…
    
    El primer orgasmo acalla mis palabras. No puedo emitir sonido alguno. Ni un leve suspiro. Es algo que me ocurre casi siempre cuando llego al cénit del placer. Durante estos breves instantes, lo único que mana de mi cuerpo es una discreta cantidad de fluidos. No dura mucho y, cuando pasa la marea, recobro el habla.
    
    ꟷ Gracias, Antón. Eres mi Aladino particular. Nadie frota la lámpara como tú.
    
    Sé que lo que digo no son más que tonterías infantiles, pero así me siento, como una jovencita que descubre el placer supremo.
    
    Ajeno a mis ...
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