1. Mis odiosas hijastras (10)


    Fecha: 08/07/2024, Categorías: Hetero Autor: dickson33, Fuente: RelatosEróticos

    ... volvió a hacerlo, esta vez mucho más fuerte—. ¡Adrián!
    
    Pendeja boluda, pensé, ¿acaso quería que Sami se despertara? En ese punto eso no resultaba un peligro tan grande como lo hubiera imaginado hacía unos minutos. Pero de todas formas no quería que la pequeña entrara y se encontrara con esa situación, con Valu desnuda y yo con la verga dura en su habitación.
    
    Me puse de pie. Me acomodé la verga, ya que estaba a cuarenta y cinco grados y apretaba mucho. Parecía que tenía la nariz de Pinocho dentro del pantalón. Abrí la puerta apenas, y le hablé.
    
    —¿Qué querés? —dije.
    
    —La bombacha —dijo—. Pasame la bombacha.
    
    Me quedé un instante descolocado. Luego lo recordé. Tenía en mi bolsillo el culote manchado con mi semen. Lo saqué, y entré al baño.
    
    —Pendeja de mierda ¿Tanto te gusta que te vea desnuda? —dije.
    
    Valu no había corrido la cortina de baño. Como ahí había solamente una pequeña ventana, permanecía aún más oscuro que la habitación. No obstante, la débil claridad que entraba era suficiente para poder apreciar las exageradamente pronunciadas curvas de mi hijastra.
    
    —¿Y vos? ¿Tanto te gusta mirarme en bolas? —retrucó ella.
    
    —No soy de madera. Cualquier hombre en mi lugar haría mucho más que mirarte —dije, con sinceridad.
    
    —¿Estás hablando de un violín? Bueno, te felicito por ser mejor que un delincuente sexual.
    
    Le entregué la prenda. A partir de ahí hizo de cuenta que yo ya no estaba. Dejó caer el agua en la prenda y luego le pasó el jabón.
    
    —Así ...
    ... que hacen eso con todas las parejas de tu mamá —dije. No era una pregunta, ya que ella misma me había dado a entender que ese era un modus operandi que utilizaban con todas las parejas de Mariel—. Pero, de todas formas, no termino de creer que ella está detrás de todo esto —. Dije, aunque no con mucha convicción. Bajé la tapa del inodoro y me senté en él.
    
    —Lo hacemos con todos. Aunque tengo que felicitarte. Porque con vos mamá se demoró mucho más en darnos la orden —dijo, ahora enjuagando la prenda. Al hacerlo, se inclinó, por lo que sus enromes tetas quedaron colgando en el aire. Imaginé que, si se quedara mucho tiempo soportando semejante peso, seguramente tendría problemas en la columna—. Supongo que te quería de verdad, y por eso por esta vez prefirió no arriesgarse a comprobar si eras un depravado como los demás. Pero cuando se fue a San Luis…
    
    —Ahora ella tiene a otro —dije, interrumpiéndola—. Por eso hizo esto. Quería dejarme mal parado en caso de que yo me enterara de su traición. O simplemente quería terminar conmigo, independientemente de si yo me enteraba o no —teoricé.
    
    Valu soltó una risita que me exasperó. Mientras había dicho esto último, había agachado la cabeza, meditabundo. Pero ahora la veía de nuevo. Su mano enjabonada se estaba frotando en su sexo.
    
    —De qué carajos te reís —dije.
    
    —Me río de lo inocente que sos —respondió, sin inmutarse al descubrirme con la mirada clavada en su entrepierna mientras ahora dejaba caer el agua en ella para ...
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