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El gigoló se cruza con la travesti
Fecha: 10/07/2024, Categorías: Transexuales Autor: Ivanvorpatril, Fuente: CuentoRelatos
... no quería librarla del delicado tanga. Solo seguía lamiendo su piel. Pasé por sus axilas, las costillas marcadas en busca del vientre plano y el ombligo. Mi legua humedeciendo su epidermis suave. Sus gemidos de placer alagando mis oídos. Cuando por fin llegué al pubis era el momento de bajar el tanga por sus largos muslos. Aún quedó unos segundos retenido por la dureza de su polla. Pero conseguí sacarla por sus cuidados pies sin más incidentes. Aprovechando que tenía mis manos por allí los leve a mi boca y me puse a chupar los dedos. Quería que se diese cuenta de que ninguna parte de su cuerpo me producía rechazo antes de llevar su rabo a mis labios. Y que todas ellas podían darle placer. Subí lamiendo la pantorrilla y la cara interna de los muslos hasta que sonriendo y mirando sus bonitos ojos castaños pasé la húmeda por sus suaves y depilados huevos. Me dediqué a chuparlos un rato. De ahí pasé a deslizar la húmeda por el tronco, fino y recto, con las venas bien marcadas, hasta llegar al glande, tan morado como el interior de una granada y duro como una roca. - ¡Para! Vas a hacer que me corra. - Mejor, déjate llevar. Recibí su semilla en la boca con gusto. Desde luego no era la primera que probaba y sí la persona con la que estaba me gusta lo hacía encantado. Pero con ella fue especial. Paladeé ese manjar un segundo antes de incorporarme y dárselo a probar en un lascivo beso. Abrió la boca recibiendo mi lengua, mi saliva y su semen con ganas ...
... atrasadas de lascivia. Agarré su pétreo culito pegando su cuerpo al mío. Temblaba de anticipación y deseo. Besé su cuello y orejita. Le dije: - ¿Quieres probar la mía? - Estoy deseándolo. Es mi primera polla. ¿Sabes? - Lo imaginaba, haz lo que quieras y lo que deseo yo, tanto como tú. Le dije sonriendo. Me tumbé a su lado en el colchón. Aún respiraba fuerte, excitada. Abrí las piernas para que se pusiera cómoda entre mis muslos, de rodillas. Ver su carita de vicio orientada hacia mí, algo tapada por los mechones que escapaban de su melena, mirándome a los ojos me excitaba mucho. Podía distinguir los pechos apenas apuntados. Había escondido su polla ya flácida tras el orgasmo entre sus piernas, debía ser su costumbre. Lo hizo sin pensar. Durante un rato estuvo contemplando mi rabo, tenía una cara de vicio impresionante. Moviéndolo con la mano de lado a lado para verla entera. Levantado los huevos. Su curiosidad me estaba poniendo cardíaco. Por fin se decidió a pasar la lengua por mi piel. Un escalofrío recorrió mi cuerpo cuando lo hizo. A partir de ahí todo fue rodado, empezó a chuparme los huevos. Subir por el tronco con la sin hueso hasta el glande. Intentó tragarla pero le dio una arcada. - Tranquila cielo. Eso no hace falta en absoluto. Solo lamela. Chupa el glande y los testículos como caramelos. Piensa en lo que te gusta a tí. De todas formas vas a conseguir que me corra. Puedes hacer feliz a cualquier hombre con esos labios y lengua. Le decía ...