1. Matrimonio convencional (II)


    Fecha: 22/07/2024, Categorías: Infidelidad Autor: Ginjm, Fuente: CuentoRelatos

    ... brazos descansando sobre la almohada a la altura de su cabeza, la mano izquierda caía por detrás, se mordía sensualmente el índice de la derecha mientras miraba pícara con la cabeza ligeramente ladeada, -holaaa, amor, veo que estas tenías ganas verme, tu soldadito está…muy firme. Me tumbé a su lado, no quería hacerlo como siempre, (llegar y meter sin preliminares) me apetecía disfrutar y alargar este momento, disfrutar de una magnífica hembra de 34 años (que era los que tenía por entonces). Comencé a acariciar su cuerpo de arriba abajo, pasé mi mano por la zona superior de sus torneados muslos, apretados entre sí para evitar intrusión, su poblado vello púbico sobresalía por las braguitas blancas, subí por su ombligo y barriguita lisa hasta llegar a sus preciosos pechos, no abundantes, pero con grandes areolas rosadas y pezones duros y prominentes. –Jijiji me haces cosquillas, venga ven mí que quiero aprovechar este momento, me dijo mientras tiraba de mi brazo retirándolo de sus zonas erógenas para situarme entre sus piernas.
    
    -Pero, mujer, déjame disfrutar de este cuerpazo que tienes, siempre lo hacemos igual, pero hoy me apetece disfrutarlo, hacerlo más lento, añadir más juego, anda, déjate llevar.
    
    -¿Cómo dices?, se giró encarándome, ¿Es que no disfrutas conmigo? Su expresión se oscureció, temí haber roto la magia del momento.
    
    -Nooo, para nada digo que no disfruto contigo, me excita sólo verte así, como ahora, eres la mujer más sexy que conozco, me gusta notar cómo ...
    ... disfrutas es mi mayor pasión.
    
    -Hummm, te creo, eres un sol, pero ¿sabes lo que más me pondría? Me dijo cargando su máxima expresión de lascivia y perversión, -que hagas lo que te pido, anda, amor, dijo despojándose de sus braguitas, aprovechemos la firmeza de tu…eso, dijo señalando con el dedo a mi polla, para darme placer y… un hijo.
    
    -¡Polla! Bea, se llama polla, le dije algo molesto mientras, entre sus piernas, apuntaba mi polla a su coño. Puedes decirlo, estamos los dos solos.
    
    -Mmmm tonto, jijiji no seas cochino, sabes que no… Ahhh, soltó mientras notaba cómo mi polla atravesaba la mata de pelo y se posicionaba en la entrada de su chorreante coño. Sus caderas se movían buscando la penetración completa, tenía un coño apretadito, lógicamente hecho a medida para la única polla que entró.
    
    -Amor mío, estamos solos, en la intimidad, podemos ser y decirnos lo que queramos. Aún no le había metido la polla –hoy me apetece ser muy cochino, notar cómo mi polla se mete en tu coño y disfrutarte como si fueras una…una… ¡Puta! Cuando dije esto último la ensarté, estaba chorreando, se deslizó dentro como cuchillo en mantequilla. Un profundo gemido inundó la habitación –Ahhh. –Ahhhh ¿Quieres que sea una… ¡Puta!? Ahhh. La palabra “Puta” había salido de su boca a la par que un gemido profundo y gutural, mi polla apenas friccionaba con las paredes de su vagina, me arañaba la espalda y me clavaba las uñas en las nalgas, quería sentir mi polla bien adentro, ese ritmo de sus caderas ...
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