Goloso de piscina
Fecha: 22/08/2024,
Categorías:
Hetero
Autor: MathewDream, Fuente: CuentoRelatos
... un lado de la habitación y en silencio, esperando escuchar el primer ronquido para poder escaparnos sin que nos escucharan a un sitio más alejado y discreto.
Con paciencia vimos pasar los minutos y nos preparamos para salir por la entrada principal como dos silenciosos ninjas que habrían vendido a su daimyo por comerse a besos y, con la llave que al parecer Alma se había guardado desde la vuelta de aquel improvisado viaje para comprar comida, nos dirigimos a los asientos traseros del coche, donde no tardamos en comenzar a compartir labios, lenguas y saliva como si no fuera a existir otro día después de aquella noche.
Alma jugó a la defensa, recostada sobre el asiento, mientras yo, el atacante, me inclinaba sobre ella para comérmela entera. La besaba por el cuello, por las mejillas, me sumergía entre sus cabellos hacia sus orejas, mientras su respiración se aceleraba y gozaba con la boca entreabierta de notar como mis labios se deslizaban sobre su piel.
Se dejaba hacer. Pasiva pero disfrutona.
–Uff, ¿por qué no nos hemos liado antes? –Me dijo.
Y se quitó la camiseta para ofrecerme sus pechos, con aquellos pezones duros que parecían haber estado esperándome, quedándose solo con el pantaloncito corto de un pijama de verano azul claro y la ropa interior morada que llevaba debajo y que asomaba en algunos sitios.
La contemplé entonces, con la escasa iluminación de la luna y las estrellas, semidesnuda, con parte de su pelo cubriéndole la cara y ofreciéndose, a ...
... la espera de ser satisfecha por los placeres orales que me hacían morderme el labio inferior cuando mentalmente los planeaba. Y mis manos casi se movieron solas, directas en busca de caricias y masajes en aquellas tetas, firmes y de buen tamaño, que empecé a meterme prácticamente enteras en la boca en cuando escuché los primeros gemidos de mi amiga. Mis dedos hacían presión y se hundían ligera y suavemente en la carne de uno de sus pechos dejándome sentir una sensación tan agradable como excitante, mientras al otro lado, mi lengua jugaba con su areola y su pezón, haciéndolo moverse arriba y abajo, endurecerse más, mojarse con mi saliva caliente y transmitir todas aquellas atenciones en forma de placer que se expresaba a través de los labios de alma como suspiros y suplicas para alentarme que no parara de saborearla.
Pero aunque no pensaba en parar, si pensaba en descender… Y no me lo quitaba de la cabeza.
Deseaba ver cómo sería su cara tranquila, relajada…, feliz después de un orgasmo.
Y por eso las yemas de mi mano izquierda descendieron deslizándose por su ombligo, percibiendo las sutiles bajadas y subidas de las curvas entre su busto, su vientre y su cintura y se colaron casi sigilosamente bajo la goma de su ropa interior hasta alcanzar su sexo, tan mojado, que me facilitó realmente llegar a introducirle mi índice e impregnarlo bien de sus jugos para poder luego hacerlo resbalar entre los pliegues de su vulva y alcanzar su clítoris, ese que en ese momento me ...