Todos quieren con Laura...
Fecha: 23/08/2024,
Categorías:
Fantasías Eróticas
Autor: femerba, Fuente: CuentoRelatos
... esos machos. Y, entonces, empezaron a llegar los otros comensales, quienes, alentados por los gestos y gemidos de mi mujer, también quisieron participar de la actividad. Los muchachos, poco a poco fueron cediendo su puesto a quienes, con su herramienta preparada y dispuesta, venían llegando.
Ella, sin saber quienes la abordaban, tan solo respondía a las sensaciones que el contacto de su cuerpo con aquellos penes le producía. Hubo sí, un hombre de cuerpo y voluminoso pene, que, al penetrarla, logró sacarle un gemido intenso y sonoro. Ella, tal vez demasiado excitada, cuando sintió ser llenada por aquel inmenso pene, simplemente no pudo más y expulsó líquido en cantidades. Ya varios penes habían estado alojados en su sexo, así que aquello fue la cúspide de las sensaciones. Y de hecho gritó con intensidad al sentir la profusión de orgasmos que estaba experimentando.
El hombre, también satisfecho, se retiró, y ella trató de levantarse. El muchacho de color la alentó a colocarse en otra posición, ahora de perrito, y fue también él quien inauguró la penetración masculina en esa nueva pose. Ahora, ella quedaba a merced de quienes aparecieran en escena. Y fueron varios. Mientras su colega la penetraba desde atrás, los muchachos colocaban sus penes al alcance de su boca para que ella, los mamara, como en efecto y presa de la creciente excitación, lo hiciera.
La vagina de mi mujer, para ese momento, ya había sido invadida por unos treinta penes. De hecho, ya había batido el ...
... registro de hombres con los que había compartido en una sola sesión de sexo. Antes habíamos tenido aventuras donde hubo compartido con dos y hasta tres hombres en una sesión, pero ser poseída por un número tan alto de personas rebasaba cualquier expectativa. Y lo mejor de todo era que parecía no cansarse y excitarse todavía más.
El muchacho de color, que oficiaba como director de orquesta, disponía de Laura a su antojo. Nuevamente le habló para que ella se colocará de espaldas, recostada sobre la cama, penetrándola nuevamente en la posición de misionero. Ella, al sentir a ese macho cubriéndola con todo su cuerpo, se excitó sobre manera y, aferrándose con intensidad a las nalgas de ese hombre, lo atraía hacia ella con insistencia. El contacto fue muy intenso y, ella, ya rendida de tanto placer, dio a entender que hasta ahí había llegado. Ya no podía más. Fue mucha adrenalina y no había experimentado eso antes.
Ella se incorporó, se quitó la venda y se sorprendió al ver tanto hombre y tanto pene erecto a su alrededor. Con todo y eso, agarró fuerzas de dónde pudo y se atrevió a decirle a aquellos hombres que les agradecía su presencia y los momentos de placer que le habían hecho pasar, pero que ya no tenía ánimos ni fuerzas para continuar. Que todo había sido tan intenso y placentero, que ya había llegado al límite de su resistencia. Y todos los hombres, como siempre, se atrevían a decir de todo… sin tapujos. Tranquila reina, decían, coja fuerzas otra vez que culea muy rico. ...