1. Sobre ruedas (capítulo once)


    Fecha: 01/09/2024, Categorías: Gays Autor: osazo21, Fuente: CuentoRelatos

    ... deslizar suavemente su miembro dentro de mi culo, sentí placer, goce, lo sentía a él gozar, sufrir de goce. Estuvimos allí en silencio singando, con pasión, él me besaba mi nuca, mis orejas, me abrazaba.
    
    -¡Quiero singarte todos los días!
    
    -¿Todos, y tu mujer?
    
    -¡Bah, a ella con una vez al mes se conforma! ¡En cambio tú necesitas todos los días, lo veo y yo también lo necesito. –se detuvo en su movimientos- quiero preguntarte algo…
    
    -¿Dime?
    
    -¿Quieres ser mi jeva?
    
    -¿Cómo?
    
    -¿Qué si quieres se mi jeva, mi mujer… vaya mi gente?- volvió a intensificar sus movimientos- ¡Mira, mira cómo vamos a gozar!
    
    Estuvimos singando un rato hasta que se vino. Quise besarlo, pero no se dejó y le dije que si quería que fuera su jeva, tenía que dejar que lo besara. Se dejó, lo besé y luego nos abrazamos. Pasó sus manos por mis nalgas y por la entre pierna.
    
    -¿Qué es esto? ¿Te he partido el culo?
    
    .No, papo, no, eso es leche… ha sido demasiada leche hoy. – le dije con tono de broma. Nos besamos más.
    
    Se llamaba Alfredo y habíamos quedado para el día siguiente. Cuando salí William esperaba para que le contara las cosas que habían pasado. Claro que como de costumbre bromeó.
    
    -¿Cuántas veces te dio por culo?... - yo le conté lo que habíamos hecho, lo que habíamos hablado y que habíamos quedado para el día siguiente_ ¡Coño, ya estamos igual! – se río- A mí me gusta iniciar a maricones, y lo hago bien, y ahora tú inicias a bugarrones.
    
    Me fui a mi casa a descansar, al otro ...
    ... día estaba yo allí, esperando a Alfredo. William pasó por allí pero siguió de largo, andaba detrás de un jovenzuelo al que le había echado el ojo. A la hora de estar allí apareció Alfredo, disculpándose por haber tardado tanto pero no podía irse así como así. Estaba en la bicicleta, al rato se levantó y se metió en el derrumbe donde nos habíamos conocido, yo dejé pasar un rato y entré buscándolo en la oscuridad. Allí estaba, nos abrazamos, me besó, me comió a besos mientras me abrazaba y buscaba mis nalgas por encima de la ropa.
    
    .¡Me vas a volver loco, mami!- decía- He estado todo el día pensando en ti, en ese culazo rico…
    
    .-Y yo en tu pinga, macho!
    
    -¡Ah!, ¿cómo me has dicho?
    
    -¡Macho, mi macho!
    
    Sabía que le gustaría que lo llamara así, se volvió como loco, le dio un arrebato total. Yo me encargué de que se quedara quieto contra la pared para arrodillarme y sacarle la pinga dura para metérmela en la boca. Casi lloró, gemía, se veía que le gustaba y yo aumentaba mis juegos con la lengua en su glande. Me levanté, lo besé.
    
    -¿Te gusta, papo?
    
    -¡Mamas como el mejor! Eres el rey mamando…
    
    -¿Quieres que te saque la leche de una mamada?
    
    -¿Me lo harías?
    
    Yo me arrodillé de nuevo y empecé a trabajarle la pinga como sabía yo que le gustaba a los bugarrones, como William me había enseñado. Alfredo parecía gritar, jadear, se sofocaba o parecía desfallecer. No duró mucho su tortura, se vino en mi boca queriendo sacar su pinga, pero no lo dejé. Me tragué su semen ...