1. Sobre ruedas (capítulo once)


    Fecha: 01/09/2024, Categorías: Gays Autor: osazo21, Fuente: CuentoRelatos

    ... salobre y seguí chupando su pinga hasta dejarla bien brillosa.
    
    ¡Cojones, mami, te has tragado toda mi leche!
    
    -Sí, papi, ¿te gustó?
    
    -Mira que he singado jevas, pero ninguna se ha tragado mi leche, mi mujer ni me la mama…
    
    -Ya ves… los maricones sabemos lo que hacemos…
    
    -Nadie me ha dejado la pinga tan limpia como tú…, mami, me voy a enamorar de ti.
    
    -Ya sabes que soy loco por la pinga…
    
    -¡Mami, conmigo vas a tener pinga y leche por todos los lados y cada vez que podamos!
    
    Como respuesta me bajé el pantalón y me volví agarrando su pinga que seguía dura, por eso me gustan los casados, no se les cae nunca; me la metí despacio y él se dejó guiar. Me abrazó fuerte, me besó y comenzamos a singar despacio, muy despacio. Había mucha pasión en la forma en que lo hacíamos. Al rato de estar singando vimos que alguien entraba, nos quedamos quietos ocultándonos en las sombras, pero al parecer nos había visto ya. Se quedó allí como meando pero supimos rápido que no meaba, se meneaba la pinga y miraba hacia donde estábamos nosotros. Me susurró al oído qué haríamos, le dije que nada, que siguiéramos singando.
    
    El recién llegado se nos acercó blandiendo su morronga, era negro y fuerte. Me puso el glande delante y yo empecé a mamar aunque tenía que abrir demasiado la boca para poder tragar aquella morronga.
    
    -¡Déjame darle un poco de pinga! – el Negrón le dijo con voz brusca.
    
    -¡Esta es mi jeva!
    
    Bueno, tu jeva pero me está mamando la pinga y le gusta…vamos, déjame ...
    ... darle un poco de caña.
    
    Para mi sorpresa Alfredo cedió ante el desconocido, que ocupó su lugar y empezó a bombearme el culo, mis nalgas dejaban escapar chasquidos.
    
    -¡Mami, si te duele, dímelo! –casi en un susurro a mi oído.
    
    -¡Qué va a dolerle…, a este hay que darle pinga que pa eso es maricón!
    
    Se vino rápido, se secó la pinga en mis nalgas y se fue silbando. Alfredo estaba allí sin decir palabra, hasta que le dije que siguiera él.
    
    -¡Vamos, qué esperas!
    
    -¡Te ha dejado el culo lleno de leche! –fue su protesta cuando me volvió a penetrar.
    
    Singamos en silencio, cuando terminó, se guardó su pinga.
    
    -Tu eres muy puta…
    
    -Oyee, espera, pero si tú mismo no me defendiste…vino un tipo y lo dejaste que me singara… ¿qué tipo de macho eres? Te han singado a tu jeva en las narices y no dijiste nada…
    
    Sabía el efecto de esas palabras, además ya me había vestido y me disponía a salir dejándolo en el lugar. Me atajó, me abrazó, me besó diciendo que no, que no me pusiera bravo con él, que lo decía porque me quería solo para él. En fin, trató por todos los medios de calmarme. De todas maneras aquello se jodió antes de que empezara porque si iba en ese plan de culparme, pues nada teníamos que hacer juntos. Claro que me atajó para que no me fuera, besándome, acariciándome y prometiendo que no iba a pasar nada parecido. Al instante entró William a modo de ángel de la salvación, se apoderó de la situación y exigió lo suyo, estuvo mirando un rato como William se daba gusto con ...