Sobre ruedas (capítulo once)
Fecha: 01/09/2024,
Categorías:
Gays
Autor: osazo21, Fuente: CuentoRelatos
... dejar plantado por nadie. Hazte mi gente…
Guardé silencio, comprendía lo que me decía aunque no iba a decidir algo así a la ligera porque los cinco días que había pasado con él allí habían sido como una luna de miel, un sueño.
-¡Mira, papo, no te voy a mentir! Ya veo que el destino nos pone uno delante del otro…
-Por eso tenemos que probarlo… - me interrumpió.
-Mira, primero tengo que aclarar esto, saber qué ha pasado y además, me he ido de mi casa y no saben nada de mí…, tengo que ir a mi casa. Compréndeme.
-A ver, te comprendo si me prometes que vendrás dentro de unos días.
Me besó, me gustaba aquel negro tierno, rico, suave y viril. No tuve que recoger nada porque nada había llevado. Me acompañó por segunda vez a la estación de autobuses y me acompañó hasta que me fui, nos despedimos con un abrazo mientras me susurraba en el oído que regresara, que me iba a esperar.
De nuevo me vi huyendo de esa ciudad, no sé cuál sería el secreto pero por segunda vez me veía envuelto en ese tipo de situación, me sentía deprimido, porque por se repetía la historia y Polo de por medio se quedaba con las ganas de que me quedara junto a él. ¿Quizá sería él la persona ideal? No sé, dudaba tanto, mil ideas se me agolpaban en la cabeza. Dormí un rato, me desperté cuando el autobús hacía una parada en una cafetería para que la gente estirara las piernas o fumaran o fueran al baño. Bajé no con mucho ánimo, pero era mejor ir a mear que después fajarme con el chófer para que ...
... parara en algún sitio. Caminando al baño me pareció ver el camión de Tito, simplemente fue como una corazonada de que era ese su camión, como había tanta gente en la cola del baño, me llegué para comprobar que sí, aquel era el camión de Tito, estábamos ya en San José. Miré a mi alrededor para ver si lo veía por alguna parte, pero no lo vi, no estaba por allí. En la cafetería no estaba por lo que me adentré en el monte que había detrás del baño, caminé alejándome porque mucha gente meaba allí para no tener que hacer aquella cola. Al rato vi a Tito, allí estaba con otro dándole de mamar, me vio y se quedó mirándome sorprendido. Quiso decir algo, separar al mamón pero yo puse pie en polvorosa y me fui. Ya no me importaba mear y por suerte llegué a tiempo porque el autobús ya empezaba a moverse, entré y el chófer me dijo ·por poco te quedas”, ya sentado vi que del bosque aparecía corriendo Tito, nos miramos, él haciendo gestos con la mano y yo como si mirara algo pero sin verlo del todo.
Aquel fue el punto final de aquella relación, porque estaba claro que de La Villas donde me había dejado, había regresado a La Habana y allí andaba con alguien. Tal vez aquella dura verdad me calmó algo, tengo al menos esa táctica de poder cambiar y mirar lo pasado desde otro punto de vista. Quizá demasiado práctico pero que me servía mucho siempre. Cuando llegué a la capital mientras esperaba la guagua para mi casa, aproveché y llamé a Polo a casa de sus vecinos. Le conté lo que había pasado. ...