1. Sobre ruedas (capítulo once)


    Fecha: 01/09/2024, Categorías: Gays Autor: osazo21, Fuente: CuentoRelatos

    ... Polo se encabronó mucho, me prometió que si se aparecía le iba a romper la cara, me pidió que regresara. Yo le dije que lo llamaría desde mi casa. Nada me impedía irme a Las Villas, de todas maneras no tenía nada en contra de Polo, por el contrario, me gustaba cada día más.
    
    Ya en el pueblo al bajarme de la guagua me encontré con William que de costumbre estaba allí, como de guardia. Me saludó con alegría, pocas veces tenía mal carácter y siempre todo lo mezclaba con ese deseo impetuoso de hace el sexo que él padecía.
    
    -¡Coño, mami, estaba pensando en ti! ¿Dónde cojones te metes, maricón?
    
    Siempre tenía un lenguaje así, entre enfermizo y vulgar, pero repleto de deseo sexual. Le conté por encima lo que había pasado, me escuchó sin interrumpirme.
    
    -¿Cuándo vas a aprender que tienes que estar preparado para todo? Ya sé que te gusta mucho la pinga y te enamoras de la primera pinga que te metan por la boca y por culo, pero en esto... mira, no hay parejas. No, aquí la gente está para singar. Métetelo en la cabeza.
    
    Tenía razón William, él era un jodedor de primera y no se estaba con enamoramientos con nadie. Me llevó a un derrumbe que había cerca, nos colamos y nos abrazamos besándonos como unos locos. Yo me arrodillé mientras él se desabrochaba el pantalón y se sacaba ya su pingón morcillón. Empecé a mamársela con ganas, siempre me gustaba, me había gustado siempre y los dos lo disfrutábamos a la perfección. William me decía esas cosas que se le ocurrían sólo a él, y al ...
    ... rato me preguntó que donde quería que me echara el lechazo. Yo no le respondí, me levanté, me bajé los pantalones y me encorvé apoyándome en mis rodillas. William sonrió bajito mientras que murmuraba que sabía lo que yo quería, me ensalivó bien el ojete preparándolo para la singada que me esperaba. Cuando me tuvo bien clavado, me hizo volver la cabeza para besarlo, después me dijo en voz baja.
    
    -¡Te voy a singar con toda la tranquilidad del mundo! Y tú calladito, sin decir nada, tranquilito y disfrutando…
    
    -Lo que tú quieras…
    
    -¡Psh…, cállate, te dije que no abrieras el pico! No mires, hay uno que nos está mirando, vamos a ver qué hace.
    
    William estuvo singando sin pronunciar ni una palabra, yo igual, se escuchaba el chasquear de sus embestidas y quizá de nuestras respiraciones algo alteradas. Al rato el tipo que nos estaba mirando salió de la oscuridad manoseándose la pinga por encima del pantalón. No lo conocía, era un tipo flaco y bigotudo.
    
    -¡Dile que te de mamar! - me ordenó William sin detener sus movimientos.
    
    Le hice señas de que se nos acercara, dudo algo al principio pero terminó acercándose a nosotros plantándose delante de mí ya blandiendo su pinga que olía y sabía a salobre. Yo no podía ver nada, primero que el sitio estaba a oscuras, segundo que delante tenía al tipo pero no me hacía mucha falta ver porque sentía todo bien. Me estaban dando pinga por delante y por detrás, como se dice: “pinga por todos los huecos”.
    
    -¿Te gusta?- le preguntó William ...
«12...8910...14»