1. Nuevas experiencias en mi haber


    Fecha: 01/09/2024, Categorías: Infidelidad Autor: Ishtar, Fuente: CuentoRelatos

    ... ¡Me vine dos veces, mientras José me chupaba con frenesí!, me lamió tanto la panocha como las verijas. “¡Qué rico río de amor sueltas, nenita!” me decía cada vez que yo me chirreaba con las caricias de su lengua y… me llenó la boca con su primera venida. “¡Así, papi, vente en mi boca!”, grité imaginando que era mi padre quien estaba conmigo. Quedamos rendidos y descansamos. lentamente, el falo de José disminuyó de tamaño, pero no quedó exangüe. me pregunté si no habría tomado dos pastillas en lugar de una.
    
    –¡Gracias por el regalo! –me dijo José acariciándome la barriga.
    
    –Fue un gusto, y lo haré cuantas veces pueda –contesté al subirme en él para cabalgarlo, su pito se irguió rápidamente al contacto con mis labios interiores.
    
    Cabalgué, apachurrando sus huevos con mis nalgas y él se extasiaba con las sacudidas de mis chiches al compás de mis sentones. Me vine dos veces más antes de caer sobre su cuerpo que me recibió en un abrazo. Su verga permanecía dura y la paseó en círculos por mi oquedad, yo lo disfrutaba y temía que me fuese a desmayar ...
    ... con tanto placer. Al rato se salió de mí y me dejó dormir un rato.
    
    Al despertar, me puso de perrito y me penetró con tal maestría que grité sin recato, como nunca lo había hecho “Cógeme mucho papacito, vente en tu nena, toma la Luz de tu Estrellita”, le gritaba a mi padre y no a José. Esta vez, después de sentir en mi útero dos tremendos trallazos de calor, sentí cómo se deshinchaba el pene y en el espejo, al caer José hacia la cama, vi que su semen me escurría formando hilos largos por la viscosidad de mis flujos con su semen. También vi escurrir mis lágrimas, feliz de haber sentido cómo hubiese sido el amor con mi padre.
    
    Mientras José dormitaba, reponiéndose, yo recogía con mis dedos lo que podía de ese amor y lo saboreaba como el mejor postre de mi vida. Ahora entiendo porque les gusta chuparnos ya cogidas…
    
    Después de bañarnos, y aunque sentía debilidad por tanto orgasmo, me despedí de José: “¡Felicidades y muchas gracias por este día! Ha sido… Un día completo” y solté unas lágrimas al cerrar los ojos e imaginarme besando yo a mi papá. 
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