1. Dominado en el colectivo


    Fecha: 02/09/2024, Categorías: Dominación / BDSM Autor: El otro yo, Fuente: CuentoRelatos

    ... inmediatamente. Exploté solo con oírla. Todo mi cuerpo convulsionó mientras un gemido gutural salía de mi boca. Fue la eyaculación más potente y abundante que jamás he tenido. No paraba de gemir y expulsar mi semilla y ella no paraba de masturbarme con sus pies. Cuando sentí que estaba acabando busqué a tientas sus pies. Apenas encontré el primero lo lleve a mis labios y comencé a besarlo entero. Ella recogió parte de mi corrida con el otro. Lamí y tragué todo lo que había en su planta y entre sus dedos. Mientras hacia eso repitió la operación con su otro pie. Estuvimos alternando ambas extremidades hasta que terminé de limpiar todo lo que había ensuciado. En ese momento se arrodilló con su sexo a la altura de mi boca mientras sostenía mis muñecas pegadas al piso. Le agradecí antes de volver a hundir mi ansiosa lengua dentro suyo.
    
    Después de correrse se quedó unos minutos encima de mí descansando. Luego se levantó y me ordenó que me vistiera. Al regresarme mi celular vi que tenía dos mensajes de alguien agendado como “mi diosa”. Sonrió cuando volteé a verla. Me dijo que podía quedarme los vídeos y pajearme con ellos cuanto quisiera. También me indicó que me fuera y que si la próxima vez que nos encontráramos volvía a seguirla sería suyo para siempre.
    
    Salí confundido del departamento. Lo único que quería en ese momento era arrodillarme a sus pies y ella parecía querer lo mismo. Sin embargo me había echado, dándome la oportunidad de escapar.
    
    Llegué a mi casa 2 horas ...
    ... más tarde que de costumbre. Mi mujer apenas si me preguntó que había pasado, más por cortesía que porque realmente le importara. Le contesté una mentira poco elaborada que ni se molestó en cuestionar. A la noche me masturbé recordando lo vivido y cuando mi esposa ya dormía me armé un bolso que escondí al fondo de un armario.
    
    Me costó dormir esa noche. Me la pasé dando vueltas en la cama más caliente de lo que recuerdo alguna vez haber estado. El pudor me impedía masturbarme con mi esposa al lado o levantarme para hacerlo. Lo hice minutos después de que sonara la alarma, pero esto no apaciguó mi interior. Esperaba encontrármela nuevamente ese día, pero eso no sucedió. Tampoco nos encontramos al día siguiente ni al siguiente.
    
    Durante días salía de mi casa con la esperanza de verla subir al colectivo. A pesar de tener su teléfono no me atrevía a contactarme. Aguardaba expectante que ella lo hiciera o ver su cabellera azul asomarse por la escalera del autobús. Todas las noches veía los vídeos y la recordaba.
    
    Pasó una semana y no tuve noticias suyas. El fin de semana fueron los días más tortuosos. Sin la ilusión de poder verla y sin la distracción del trabajo. Me pasé los dos días encerrado. No quería caer en la tentación de ver los vídeos pero lo hice repetidamente cada día.
    
    Ese lunes el enfado y la humillación que sentía hicieron que no me masturbara en su honor. El martes estaba tan caliente que me fue imposible evitarlo. El miércoles, cuando comenzaba a perder la ...
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