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Vuelo nocturno (II)
Fecha: 03/09/2024, Categorías: Infidelidad Autor: Gargola, Fuente: CuentoRelatos
... que me suelte, pues la insensatez ya ha traspasado el umbral de la decencia. Ahora me es difícil explayarme con mis gemidos y mis gritos, puesto que la verga del joven pretende follarme la boca sin contemplaciones. Con sus manos sujeta mi cabeza impidiendo que me zafe. Empiezo a salivar y a emitir sonoros chasquidos con el miembro del chaval adentrándose en mi gaznate. Noto los pollazos en mi coño, los azotes en mis nalgas y los vergazos del joven en mi boca, y con todo ello, el sonido de la lujuria rebota en las paredes revelando el desenfreno de tres depravados. Reparo en una mayor presión de las manos del muchacho en mi nuca al tiempo que se acrecientan sus movimientos pélvicos, y con ellos, la presión de su polla en mis tragaderas. Los gritos le delatan y dispara su leche directamente en mi estómago. No puedo contener la sustancia y me libero de la verga que sigue arrojando esperma como si el depósito hubiese estado meses sin vaciarse. El semen impacta en mi cara reiteradas veces hasta que al joven se le aflojan la piernas. En éste momento puedo gemir y gritar con libertad con la tuneladora golpeándome los bajos. Los bufidos de mi compañero de vuelo se unen a los míos e incluso se intensifican anunciando la inminencia de su clímax. Siento los embates del toro desbocado que arremete en mi retaguardia y temo que de un momento a otro la desvencijada mesa se venga abajo conmigo encima. Su leche caliente me quema por dentro y sin dejar de embestirme me uno a él en mi ...
... enésimo orgasmo. Quedamos un instante recuperando el resuello en la misma posición. A continuación percibo como se desinfla el miembro dentro de mi cavidad y escapa de ella con un sonoro ruido. Seguidamente me da una nalgada como si fuese su yegua y con ello diese por concluida la cabalgada, pero me coge por la nuca y me planta un morreo que me sorprende, dado que mi cara y mi boca rebosan todavía del esperma del muchacho, lo cual me da que pensar. Su vibrante lengua se enrosca con la mía haciéndole partícipe de la ambrosía. Después hace presión en mi hombro haciéndome descender el rostro a la altura de su verga morcillona. Quiere que se la limpie igual que lo hicimos en el avión a modo de ritual. Me la introduzco en la boca iniciando la labor de limpieza relamiendo la mezcla de fluidos hasta que me retira dando por finalizada la gesta. No nos decimos nada. Ambos sementales se visten mientras yo me limpio la cara y mis partes íntimas con pañuelos. Después me pongo las bragas y me adecento un poco. Debería sentirme miserable por mis actos, pero no es así como me siento. Imagino que los dos especímenes que están abrochándose en estos momentos la bragueta piensan que soy una casada y hambrienta zorra caliente que ha venido en busca de rabo, y no andan lejos de la verdad. Me da igual lo que piensen, no obstante, me detengo un instante a reflexionar y a valorar esas supuestas opiniones. Tanto mi compañero de vuelo como yo estamos en la misma tesitura moral y tanto él como yo ...