Doña Gadea
Fecha: 12/09/2024,
Categorías:
Lesbianas
Autor: Rosa1972, Fuente: CuentoRelatos
... lo sabes?
Contesté a su pregunta desabrochándome los corchetes de mi falda hasta que pudo ver mi juguete blanquito y perfectamente depilado con solo un poquito de pelusa sobre los labios. Yo para abrumarla todavía le lancé un desafío más.
-Sabe usted, Doña Gadea, que nunca he dado un beso en los labios, un beso de verdad. Me gustaría que fuese usted la primera. Solo lamento que no haya sido usted mi profesora, eso lo haría mucho más interesante. ¿Nunca ha soñado usted con besar a alguna de sus alumnas?
Le excitaba muchísimo que la tratase de usted y también ver que yo no llevaba nada debajo de la falda.
Miró a todos los lados del parking y me plantó mi primer beso, era tan bueno como yo me había imaginado toda mi vida, sentir su lengua sobre mi lengua, sus labios húmedos y su saliva mezclándose con la mía me desarmó, era yo la que en ese momento le hubiese dado a ella todo lo que tenía por otro como ese.
Puso su mano sobre mis muslos y luego me acarició la vulva.
-Supongo que aquí tampoco te ha besado nadie nunca.
-Me he estado reservando siempre para alguien como tú, pero no quiero que sea aquí, en un parking.
Doña Gadea trago saliva y como pudo se subió la faldita, se quitó las bragas y me las entregó. Yo las olí y las dejé en la guantera.
La expresión de su cara se había relajado algo, pero solo hasta que apareció otro desafío, las escaleras mecánicas, nos miramos y se secó el sudor de la frente con la mano, pero esbozando una media sonrisa. ...
... Esperamos a que nadie subiese tras nosotras y poco a poco fue relajándose y viendo que no era el fin del mundo pasearse sin bragas por un centro comercial, que además estaba casi vacío. A mí me encantaba esa sensación, no es que lo hiciese siempre, pero si a veces, cuando hacía calor. Fuimos a tomar algo y Doña Gadea ya era capaz de sentarse y cruzar las piernas con soltura. El resto de la tarde lo pasamos como dos buenas amigas, desapareció la tensión que yo había imprimido a nuestra relación desde que volvíamos a hablarnos. Ahora era yo la que estaba por encima de ella, la que llevaba la voz cantante. Me hablaba bajito, aunque no hubiese nadie a nuestro alrededor.
-Nunca creí que esto pudiese gustarme tanto. ¡Qué boba soy!
-En un día, casi de verano, como hoy está muy bien.
-Tú lo haces mucho?
-Alguna vez.
-Rosa, tienes que enseñarme más cosas.
-Acabo de enseñarte el coño en el coche.
-No me refiero a eso tonta. No sé, cosas excitantes.
-Empiezo a conocerte muy bien Gadea y creo que tú eres más viciosa que yo.
Lanzó una carcajada, la primera que le recuerdo, porque a ella le enseñaron que no era de buena educación.
Recorrimos varias veces todo el centro comercial, jugamos a elegir a la trabajadora del centro que más cachonda nos ponía, y me sirvió para comprobar que ella era muy celosa. A mí me encantaba una chica de unos treinta que promocionaba perfumes, era muy guapa, aunque no vestía demasiado sexy, Gadea eligió a la charcutera, no sé si de ...