Doña Gadea
Fecha: 12/09/2024,
Categorías:
Lesbianas
Autor: Rosa1972, Fuente: CuentoRelatos
... y preguntar porque no se compraba una y la respuesta fue que ningún marido resistiría encontrarse algo así en un cajón. Tenía razón, la verdad. Hoy no tiene mayor importancia, pero hace más de veinticinco años era otra cosa.
Cuando bajamos Gadea me invitó a entrar a su casa, seguíamos completamente desnudas las tres, toda la casa olía a crema solar, se estaba muy bien sin ropa con el calor que hacía. Gadea sacó el vibrador y se lo puso a su hermana en las manos, Elena lo miró como si fuese el diamante más grande del mundo. Se hizo el silencio, solo se oía la vibración del enorme falo mientras Gadea le explicaba las distintas velocidades que tenía. Me preguntaba si Gadea la animaría a probarlo o Elena sería la que lo pidiese. Gadea estaba lanzada y le guiñó un ojo y le dijo que había jabón neutro en el baño para limpiarlo. Su hermana salió disparada y oímos como entraba en el baño. Yo con un gesto le pregunté a Gadea si había sido buena idea. Me agarró y me metió la lengua hasta la garganta. Yo miraba de reojo al pasillo por si volvía la otra, pero tardó más de media hora, Gadea lo encontraba todo muy divertido. Cuando su hermana regresó tenía una sonrisa de oreja a oreja, yo era la menos relajada de las tres. Elena se fue con la promesa de Gadea de que el chisme estaba a su disposición, siempre que nosotras no lo necesitásemos. Esa noche Elena estuvo más presente que nunca en nuestro polvo, yo le pedí a Gadea que se corriese pensando en ella y tuvo un orgasmo ...
... tremendo.
El lunes por la noche Gadea me dejó de piedra cuando me contó que su hermana había hecho una escapada a media mañana de su trabajo en el ayuntamiento para venir a follarse el vibrador, pero lo mejor fue que a las tres y media, cuando terminó de trabajar regresó y como el pequeño dormía se quedó con ella en el salón, se dejó caer en el sofá, se metió el vibrador bajo el vestido y se corrió dos veces delante de Gadea. Yo no me lo podía creer.
-Pero, ¿seguro que no lo has soñado?
-Rosa, no estoy loca. Tampoco es para tanto, somos hermanas y creo que su marido... bueno, no sé, tienen problemas.
-Como no van a tener problemas, si tú hermana es lo que parece... pobre hombre.
-Y qué parece?
-Uf... parece insaciable, no te fijas como me mira, bueno, como nos mira.
-No exageres Rosa, te lo he contado porque me gusta contártelo todo y porque sé que te da morbo.
Claro que me daba morbo, y así se lo reconocí a Gadea. Tuvo que contármelo todo con detalle varias veces y Elena y el vibrador fueron convirtiéndose en el centro de nuestra vida sexual.
Aquella semana no hizo calor y su hermana acudió a su cita todas las tardes. Gadea me contaba una escena parecida todos los días. El jueves trajo la novedad de que estuvieron hablando de mi un buen rato tras la corrida de Elena, quise saber de qué, la respuesta fue que de nada en particular. Gadea me dijo que su hermana se lo había hecho en el baño ese día.
Capítulo 15
En la tercera y última gran curva de nuestra ...