Doña Gadea
Fecha: 12/09/2024,
Categorías:
Lesbianas
Autor: Rosa1972, Fuente: CuentoRelatos
... situación.
El caso es que me olvidé del tema y puse en práctica mi fantasía "realizable" del mediodía.
Cené como siempre a eso de las nueve y fingí irme a la cama. Me duche rápidamente, apenas me seque el pelo, para que estuviese bien húmedo, me puse uno de mis tangas, si no el más atrevido si el más bonito. Busqué la camiseta más corta que tenía y resultó ser una de Mickey Mouse, quería que mi culo se viese bien. Conocía todas las rutinas de Gadea a esa hora y cuando terminaba de cenar, sola como siempre, solía lavar los platos. Ese día, debió sorprenderla la lampara de mi cocina, encendiéndose perezosa pues empezaba a fallar. Yo salte al escenario, irrumpí en la cocina y me preparé un sándwich, lo hice justo frente a la ventana para que viese bien mi culo, no me di la vuelta, pero, como en mi fantasía, ella apagó la luz más rápido de lo habitual. Daba igual si me estaba mirando o no, en cuanto se apagó su luz yo me sentía observada y eso era bueno, muy bueno. Si mi corta experiencia como voyeur había sido muy sabrosa, el creerme observada era todavía mejor, a pesar del frío salí un momento de la cocina, me quité la camiseta, esperé un minuto y volví a entrar con solo el tanga. Yo si le iba a dar a ella lo que ella no me había dado a mí. Me comí el sándwich de pie, de vez en cuando me apoyaba en la encimera para variar la postura. Pensaba si al día siguiente me afearía la conducta o me advertiría de que ni se me ocurriera hacerlo con su marido en casa. Estaba ...
... convencida de que me estaba viendo, o mejor aún, espiando. Pensé en ir más allá y acariciarme, pero no pase de colocarme bien el tanga y asegurarme que intuyese que mi coño estaba perfectamente depilado. Tras unos diez minutos di la función por terminada. Apagué la luz e inconscientemente metí mi mano bajo el tanga para acariciarme. Su casa estaba completamente a oscuras, no había luz ni en la cocina ni en el baño, si la hubiese en el salón o en alguna habitación me habría dado cuenta. Corrí a oscuras y me puse de rodillas sobre mí cama, pegando la oreja a la pared, oí lo que yo creía era el interruptor de una lámpara de mesita, Doña Gadea estaba acostándose, luego mi imaginación puso lo demás, me metí bajo las sábanas y me imaginé que éramos dos las que dormiríamos relajadas aquella noche. Me corrí ruidosamente para que pudiese escucharme.
Me dormí pensando lo difícil que podía ser el día siguiente en el trabajo, pero también en lo emocionante de ver o entrever la reacción de mi vecina a mi exhibición. Que fácil se ve todo cuando se tienen veinte años.
Capítulo 4
Me desperté como siempre con el tiempo justo pero lo primero que hice fue intentar ver si los platos de mi vecina seguían sucios al lado del fregadero. Estaba bastante oscuro, pero pude ver que sí, con lo metódica que ella era, estaba claro que mi desnudo había perturbado sus rutinas.
Mi jefe entró a trabajar suspirando y antes de que dijese nada yo le pedí disculpas sinceramente. Las aceptó, pero me contó ...