La vida es un carrusel (capítulo dieciséis)
Fecha: 19/09/2024,
Categorías:
Gays
Autor: osazo21, Fuente: CuentoRelatos
... gente le pusimos “El lechero”!… je, je, je.
- ¡Y dímelo a mí! Me pareció que se meaba en vez de venirse…, no te miento, papo, me llenó la boca de leche.
- ¿Sabes una cosa?
- ¿Qué?
- Primero que me gusto verte como gozabas, segundo que en ese culito.- me dijo tocando mis nalgas - se quedó solo mi leche.
- ¡Ya sabes que para eso eres mi macho!
Sabía que aquella treta de retener, en lo posible, el semen que una vez William me había enseñado no fallaba. Pero bueno, a Berto le habrá gustado aquello de venirse en mi boca y sobre todo que le limpié la tranca hasta dejársela sin una gota de semen.
Al otro día al mediodía Juanca se fue a trabajar, yo salí a la calle a buscar algo y cuando regresaba a la casa, escuché que me llamaban. Era Berto desde un carro. Me acerqué para saludarlo, iba con otro que no conocía, un mulato cachas en camiseta.
- ¡Oye, nene!, ¿no quieres dar una vuelva con nosotros? - y sin esperar respuesta me presentó al que manejaba. - ¡Mira, este es Migue, bueno, Miguel!
- ¡Oye, de ti he oído maravillas! - me dijo mordiéndose los labios.
- ¡Bah, no hagas caso! - le dije yo.
- ¡Sube, nene, sube...! - viendo mi indecisión agregó Berto. - ¡Oye, tú sabes que aquí hay pinga pa´ti! Así que dale, sube...
- ¡Tú sabes que sin Juanca, no! -le dije.
- ¡Papo, anda, ven con nosotros, vas a gozar como a ti te gusta! - me dijo Miguel.
- Ayer me dieron mucha pinga... - quise explicar.
- ¿Dime que no te gustó? - fue la pregunta de ...
... Berto.
- ¡Sí...!
- ¿Bueno, pues vamos? ¡Vas a gozar como nunca!
No sé qué me pasó o quizá por mi deseo de singar que me subí en el carro aceptando la invitación de singar con los dos. Berto y yo nos sentamos detrás, estaba claro que él no se iba a quedar con las manos cruzadas. Cuando el carro arrancó, metió su mano por detrás del pantalón buscando mi culo. Yo le facilité la búsqueda, él metió el dedo.
- ¡Brother, qué culo tiene este maricón..., caliente! - le comentó algo soez a Miguel. Yo acaricié tu pinga por encima del pantalón. La tenía ya dura.- ¿Ya la quieres, nene?
- ¡Sí, macho, lo que quiero es que me singues hasta que me llenes el culo de leche! - le dije yo sabiendo que aquellas palabras las escucharía Miguel que estaba muy atento mirando por el espejo.
-¿Lo has escuchado pedir pinga? ¿Lo has escuchado, brother?
- Pues, mariconcito, hoy te vas a dar gusto porque te vamos a dar pinga los dos por turno... - dijo Miguel. - Yo ya estoy que exploto, la tengo que se me va a reventar...
- ¡Oye, tócasela! ¡Cógele la pinga para que veas lo que hay!- yo alargué la mano y palpé el bulto que Miguel tenía, me mostré asombrado por lo gorda y larga. Berto agregó. - ¡Oye, nene, yo no te doy cosas malas!
Seguimos calentando los motores hasta llegar a casa de Miguel que estaba a las afueras de La Víbora. Casi campo. Bajamos y entramos a la casa los tres como centellas. Tras cerrar la puerta nos amarramos en un remolino de besos, abrazos y al minuto estábamos los ...