1. Y si se puede, ¿por qué no?


    Fecha: 23/09/2024, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: femerba, Fuente: CuentoRelatos

    ... nos preguntó donde nos alojábamos y cuando nos volveríamos a ver. No lo sé, contesté, mañana teníamos previsto ir de paseo a otro lugar, quizás darnos una vuelta por el centro de Miami, así que con seguridad estaríamos de regreso en el hotel en la tarde, y, dependiendo de la hora, de pronto habría oportunidad de volver aquí, comenté. Que disfruten la visita, nos dijo. Gracias, contestamos.
    
    Al día siguiente, como lo habíamos pensado, decidimos ir a darnos una vuelta por los alrededores. Hay varios parques en las proximidades, de manera que optamos por visitar esos lugares y ver qué había por allí. Y en eso, turisteando aquí y allá, incluido un tour náutico para ver las playas desde mar adentro, se nos fue pasando el día. Regresamos al hotel a eso de las 6:30 pm y, en plan de relax, nos dirigimos al bar situado al lado de la piscina para tomar algo y descansar del viaje. Sentados en la barra y próximos a degustar nuestros cocteles, en una mesa, cerca de nosotros, vimos a Joel. Al principio pareció estar distraído, pero poco tiempo después reparó en nosotros y se acercó.
    
    ¡Hola! ¿Cómo la han pasado el día de hoy? Preguntó dirigiéndose a mi mujer. Bien, contestó ella, estuvimos visitando varios lugares y navegamos en una lancha para ver las playas desde el mar. ¿En el bote grande? Preguntó. Pues no sé si era el más grande, pero estaba cómodo; como para unas 20 personas quizá, contesté. Sí, dijo él, ese es. Hay unos botes más pequeños que también hacen el recorrido, pero el ...
    ... que ustedes tomaron es el que más se frecuenta. ¿Y tú que haces por aquí? Pregunté curioso, imaginándome que aquella coincidencia no era casualidad. El barman, Rolando, es amigo mío, contestó mirándolo a él. Me pidió que recogiera su vehículo en un taller y se lo trajera. Y en esas ando. Ah, bueno… dije.
    
    Y ustedes, ¿qué van a hacer? Nada especial, contesté. Supongo que vamos a ir a cenar algo más tarde, y a descansar para lo que se presente mañana. Si quieres nos acompañas, se apresuró a invitarle mí mujer, sin haberme preguntado. ¿Acaso sabía ella qué pensaba yo? Les agradezco, contestó Joel, pero la verdad, como no tengo vehículo, prefiero tomar el transporte, que a esta hora es más fluido. Más tarde se complica. ¿Vives lejos? En un condominio, frente a las playas donde nos conocimos ayer. Bueno, pues si deseas, después de la cena, te llevamos. Ahora había sido yo, no sé por qué, el generoso imprudente. Siendo así, acepto. ¡Bien! Vamos a ducharnos, cambiarnos y bajamos de nuevo. Nos esperas ¿verdad? Aquí mismo, respondió.
    
    Subimos a nuestra habitación. Le dije a Laura, mi esposa, entra tú primero y arréglate, para no demorar tanto la espera de aquel. Bueno, contestó, y fue adentrándose en el baño. Yo, mientras tanto, me tiré en la cama y empecé a curiosear lo que se veía en la televisión. Al rato salió ella. Le dije que me iba a demorar un poquito y que, si le parecía, podía bajar e irse acomodando con Joel en el comedor. Y ¿Por qué? Me preguntó. Pues para no hacerlo ...
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