Apuestas arriesgadas
Fecha: 29/09/2024,
Categorías:
Confesiones
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... Carlos, hay que reservarlo para el final.
- ¿El final? -pregunté, dubitativo y rascándome la cabeza, sintiéndome tan perdido como un náufrago. Cada palabra y revelación que Cris me hacía, me aturdía cada vez más. Y de esta forma, sin perder su sonrisa tan característica, fue desvelándome, palabra a palabra, una propuesta que me dejó las piernas temblorosas y el ánimo agitado.
No levantó la vista del periódico ni un solo milímetro, y pese a que parecía que no había advertido su presencia, sabía perfectamente que se encontraba allí. Así era el carácter y el temple de papá, un hombre recio, adusto, parco en palabras, pero afectuoso y atento con aquellos con quienes compartía lazos de amistad y complicidad.
-Ya estoy en casa, papá-dijo Cris, antes de entrar en su despacho. Un breve vistazo a los estantes que adornaban las paredes le permitió saber que su padre había estado enfrascado limpiando los volúmenes que atesoraba como si fueran su más preciado tesoro, y eso que a él aquellas lecturas le parecían vagas e irreales, plagadas de fantasías y mundos distantes, pero continuaba custodiándolas con tanto fervor como lo había hecho su madre, Catalina.
Cris advirtió que sobre el escritorio reposaba un viejo mechero cobrizo, y arrugó el entrecejo. Su padre ya no fumaba, no desde que habían diagnosticado aquella terrible enfermedad que se llevó a su madre cuando ella se encontraba en plena niñez, pero a veces, sorprendía a su padre ensimismado en sus pensamientos ...
... contemplando impasible la llama prendida.
- ¿Y bien? -preguntó Emilio, doblando el periódico y alzando sus ojos hasta encontrarse con los de su hija.
-Lo has impresionado mucho, papá, pero creo que…, hay una posibilidad bastante firme de que vendrá-le contó Cris, aproximándose hasta él. Emilio observó que Cris había cerrado tras de sí la puerta, y sonrió para sus adentros. Discreción, era una de las premisa que habían pactado y cumplido desde hacía años.
Capturó los dedos de la mano diestra de Cris y la aproximó hasta su rostro, aspirando el olor que emanaba de la piel, tan suave y cálida.
-Has estado con él-dijo Emilio, sin un ápice de reproche o enojo.
Cris le sonrió, y se situó detrás, abrazándolo y permitiendo que su cabellera rubia trazase tiernas caricias en sus mejillas ásperas y pobladas de una insulsa barba.
-Había que convencerlo.
- ¿Se lo has contado todo? -preguntó Emilio, casi temblándole la voz. Cris detectó su vacilación y le respondió con su jovial risa.
-No temas, papá-le respondió, depositando un casto beso en sus mejillas.
Cris se alejó de él y fue deambulando por la sala, acariciando los lomos de los libros y volúmenes. Tanto saber se cobijaba entre aquellas hojas, tantos conocimientos y personalidades, pensamientos e inquietudes, creencias y afecciones…
-Cris-dijo Emilio, con su habitual tono seco, pero que ella tan bien había naturalizado y que sabía interpretar a la perfección.
Volvió sus ojos hacia su padre y, por un instante, a ...