1. Una joven predicando llamó a mi puerta


    Fecha: 29/09/2024, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: MathewDream, Fuente: CuentoRelatos

    ... fue acelerando de nuevo, justo hasta el momento que al sentir las contracciones musculares de su orgasmo en mi miembro.
    
    Se lo saqué para que se calmara.
    
    Y así continué, mientras ella estaba como loca, con una deliciosa frustración sexual que la mantenía al límite sin cruzar la última frontera.
    
    Nos dimos placer mutuo en varias posturas y no dejé de acariciar su clítoris con mis dedos y de sujetarla para que no se me escapara. Al mismo tiempo, la lamia y la besaba por todas partes, me perdía entre sus cabellos y le susurraba al oído que estaría follándomela por toda la eternidad, masajeaba sus pechos y pellizcaba sus pezones…
    
    Pero cada vez podía estimularla menos tiempo porque cada vez tardaba menos en aproximarse a ese punto de no retorno.
    
    Finalmente me suplicó y dijo que no podía más y que necesitaba correrse de cualquier forma. Así que por fin decidí apiadarme de ella.
    
    Decidido descendí por su cuerpo y me acomodé entre sus piernas, sujetando sus muslos con fuerza y una mirada de concentración absoluta con una sonrisa de medio lado.
    
    –Uff, si, si, por favor, cómemelo. Hare lo que me pidas, pero cómemelo….
    
    –¿Ah sí? Así que eso quieres, ¿correrte en mi boca? –le dije mientras la penetraba con dos dedos fácilmente debido a lo mojada que estaba.
    
    –Si, por favor… –Me dijo con los ojos ligeramente vidriosos y las mejillas enrojecidas.
    
    Y mientras la estimulaba por dentro, en una zona rugosa y cálida moviendo mis dedos como llamando a alguien para que ...
    ... se acercara, separé con la otra mano los labios de su vagina para encontrarme con ese clítoris hinchado y palpitante al que le di algunos extensos, acelerados y salivosos lametones.
    
    Aquel momento final olía a sexo y desenfreno y tenía como banda sonora unos gemidos y súplicas que no olvidaría en mucho tiempo.
    
    Coloqué entonces mis labios de forma que envolvían su clítoris y succioné como pude, al tiempo que hacia el juego con la punta de mi lengua para que lamida a lamida, por fin Helena tuviera su deseado orgasmo.
    
    Y anunció como se corría.
    
    Y lo repitió varias veces.
    
    Un “me corro, me corro, me corro” que me excitó sobremanera, mientras su cuerpo temblaba y le venían oleadas de placer que la hacían revolverse, expulsando a la vez un pequeño “squirting” que brotó de su interior y goteó entre mis dedos sobre las sábanas.
    
    Por supuesto mi boca no se despegó en ningún momento de su clítoris y la mantuve bien sujeta para asegurarme de ello, hasta que se calmó.
    
    Saqué con cuidado los dedos y me incorporé para mirarla respirar con agitación, con los ojos cerrados y mencionando lo mucho que le había encantado y lo bien que se había quedado. Luego, cuando fui a desatarla insistió en que me corriera. Así que bajó sus manos por fin libres y me arrancó el preservativo para sujetarla por mi tronco y sacudirla con intensidad hasta que acabe derramándome con varios chorros que calientes que alcanzaron su vientre y su monte de Venus.
    
    Estaba claro que tenía prisa para ...
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