El bautizo campestre (día 5): La prima de Elsa
Fecha: 30/09/2024,
Categorías:
Incesto
Autor: vule69, Fuente: CuentoRelatos
... una media hora durante la cual Paula entró en una cadena de orgasmos que la dejó en un estado similar a la ebriedad. No controlaba los espasmos que sacudían su cabeza como si de una muñeca de trapo se tratara.
Paula: Pa… pa, pa… reeen… ca…ca… bro o, os po or fa a vo or…
Sus súplicas entre jadeos y gemidos me pusieron a mil y sin darme siquiera cuenta me hací de sus caderas con amaba manos para aumentar el ritmo hasta acabar en sus intestinos con gran placer. Segundos después Enrique se vaciaba en su coño entre rudas embestidas finales.
Al sacar mi verga, Paula quedó tendida medio muerta sobre el pecho del huaso. Éste la tumbó de lado, quedando de espaldas a la cama. Una sonrisa pintaba su cara. Los ojos cerrados y la respiración agitada denotaban aún cierto estado de éxtasis.
Paula: -casi dos minutos después.- me arden mis dos hoyitos… pero nunca, nunca de los nunca habría imaginado que fuera tan rico que te lo metieran por atrás… Con el Hortensio lo intentamos un par de veces, pero me dolió mucho… Ahora ya sé cómo me lo tiene que hacer…
Enrique: pauli… siempre te había visto conversando con Elsa, pero nunca me acerqué porque no me dabas bola. Era muy chico, pero fuiste la primera mujer que mi corazón amó. Esto para mí es un sueño cumplido.
Paula: en serio, quique… pues créeme que ahora que sé como follas, estás invitado a pasar por la casa cuando tú quieras… Lo mismo para ti, Dani… y saben qué… espérenme aquí… me dio sed… ...
... voy y vuelvo.
Yo: para dónde va usted, señora… Oye huaso anda tú y aprovechas de ver cómo va Mario y las chicas…
Enrique: -tras un breve instante de duda.- está bien, pero solo si me prometes, Paulita mijita rica, no irte de aquí hasta que estemos los dos solitos juntos un ratito al menos…
Paula: por supuesto, quique, querido…
Acostada de lado y estirada cuan larga es, apoyando su hermosa cabeza en la mano derecha, el cabello cubriéndole a medias sus nuevamente erguidos pezones. La posición en la que se encontraba permitía que resaltaran aún más sus femeninas curvas… Santo cielo, qué bella mujer era Paula.
Sus profundos ojos azules no dejaban de enfocarse en mi verga casi erecta al ver tremendo espectáculo. Sonreí. Contraje la corneta de modo que se moviera por sí sola. Paula sonrió, nuestras miradas se cruzaron. Sonreí nuevamente.
Yo: -segundos después de quedar solos.- y tú pillina… qué estás mirando…
Paula: -con voz de niñita- me la presta’i para practicar?
Yo: es toda suya, mijita linda…
Hicimos el amor por largo rato, en todas las posiciones que se nos ocurrieron y por sus tres agujeros. En medio de la sesión, me levanté a cerrar la puerta para que nadie nos interrumpiera lo que terminó por ocurrir casi dos horas después cuando una sucesión de suaves y rítmicos golpes en la puerta nos sacó de nuestra burbuja de lujuria y placer.
Enrique: -detrás de la puerta.- cabros… vengan… tienen que ver esto…
Continuará…