1. El bosque de limoneros


    Fecha: 04/10/2024, Categorías: Incesto Autor: Lima, Fuente: CuentoRelatos

    ... otro a cámara lenta en que me llevo los dedos húmedos de meo y jugo a la boca y me los chupo unos segundos.
    
    No estoy enamorada de mi hijo ni lo estaré nunca, nuestro amor solo puede ser madre hijo, pero aquello me gustaba, me alagaba y me excitaba, no podía evitarlo. Empecé a masturbarme otra vez, sabía que era casi imposible que no me hubiese pillado en algún video dándome alguna caricia y así fue. Me grabó también acariciándome la vagina, ¡qué vergüenza!, a veces antes de mear me hago como unas caricias en los labios hasta que llega la orina y me empapa los dedos.
    
    No dormí nada aquella noche, encontré más carpetas y más videos. No sé cuántos orgasmos tuve, lo más preocupante no eran los videos más explícitos, lo que me ponía un nudo en la garganta es que también había grabaciones dentro de casa en las que no ocurría nada especial, yo visto quizás demasiado sexy, es mi casa, me gusta estar cómoda, pero se ve que algunas mallas, algunas minifaldas o vestiditos son demasiado para Pablo. ¡Juro que nunca se me ocurrió que el pudiera excitarse conmigo!
    
    Dios mío, hay uno que dura casi una hora que en que debió esconder la cámara debajo de la tele. No hago nada, simplemente llevo una falda por encima de la rodilla y se me ve cruzar las piernas de vez en cuando sentada en el sofá. A partir del minuto veinte hace zoom sobre mi cara y así hasta el final.
    
    Al día siguiente llamé a Bea, esa llamada daría para escribir otro relato, estuvimos hablando horas, ella también ...
    ... estaba sola. Tardé un rato, pero me moría de ganas de compartir con ella mi descubrimiento. Me costó bastante, pero fue ella misma la que me dijo que tenía la sensación de que quería contarle algo. Aquella conversación me liberó, me quité un peso de encima. Bea relativizó todo bastante, me dijo que nadie podía culparme. Yo le confesé que me había excitado con los videos y me había masturbado pensando en que mi hijo se tocaba viéndome. Le pregunté si le parecía preocupante lo del video de mi cara, si podía ser que fuese algún tipo de obsesión o algo… digamos enfermizo.
    
    -Cariño, no te preocupes, no hay nada enfermo en eso, a tu hijo le pone tu cara, eres guapísima, se imagina eyaculando y llenándotela de semen, es un adolescente, crecen viendo esas cosas. Caray prima, como me has puesto, estoy sentada en la taza del váter mientras hablo contigo y no sé muy bien ni por qué. Si escuchas el chorrito caer no te extrañes.
    
    El domingo por la noche me lo pasé muy bien, independientemente de quien grabó los videos me gustaba verme a toda pantalla en la tele del salón. Me pone a cien verme y no me cansa y más cuando el lunes me fui de compras. Nuestra tele era ya un poco vieja y aprovechando que el salón es grande elegí la más cara y grande de la tienda para sorprender a Pablo, además de una suscripción a los canales de deportes para que viese el futbol. Compré también una de esas piscinas portátiles para el bosque. El lunes por la tarde mi casa era un bullicio de gente instalándolo ...
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