1. El bosque de limoneros


    Fecha: 04/10/2024, Categorías: Incesto Autor: Lima, Fuente: CuentoRelatos

    ... llevaba la parte inferior del bikini y veía absurdo que me tapase los pezones con aquellos triangulitos. El pie de foto era una frase que yo le repito a él machaconamente desde que era niño:
    
    -Cuando hagas algo hazlo bien.
    
    Los pezones del Photoshop no se parecen en nada a los míos, eran minúsculos.
    
    Tenía el coño como un tarro de miel, estaba tan cachonda que mis caderas se contoneaban fuera de mi control sobre el colchón de mi cama, estaba completamente desnuda y hacia calor. Abría y cerraba los ojos, respiraba lenta pero profundamente y con, no sé ni que músculos, también abría y cerraba la entrada de mi coño. Casi podía oírla sellarse en silicona y descorcharse en botella de cava caliente.
    
    Con la cámara frontal del móvil le envié un primer plano de mi areola y mi pezón.
    
    -Pues eso, que si retocas algo lo hagas bien.
    
    Joder, hasta yo me sorprendí de lo enorme que parecía mi areola y no digamos el pezón en la foto. Encima tenía la piel de gallina y se notaba perfectamente.
    
    ¡Mierda! Lo repetí cien veces y me puse a susurrar sola. Con este calor, ¿por qué tiene una mujer piel de gallina. Se va a dar cuenta de que estoy como él.
    
    Rogué que Pablo se corriese y se tranquilizase y la cosa no pasara de ahí, pero cuanto más lo repetía más falso me sonaba. Hasta que todo se salió de madre, nunca mejor dicho.
    
    Vi la notificación con la foto de una polla. No la abrí, pero tarde un segundo, a pesar de ser una miniatura, en darme cuenta de que, evidentemente era ...
    ... su polla. Su mano derecha la sujetaba para que saliese bien centrada en la foto. Me moría de ganas por abrirla y verla a pantalla completa. Aquel glande me parecía como una fruta, carnoso como los melocotones de bote, tenía muy abierto el agujero de la uretra, ¡que delicioso me parecía! ¿Cuántos litros de leche habrán emanado ya por ahí y se habrán desperdiciado sin una destinataria? No me atreví a abrir la foto. ¡Dios mío! La que he liado por no mear en el baño como todo el mundo. Como no va a perderle el respeto un hijo a su madre tras haberla visto a toda pantalla como Pablo me ha visto a mí.
    
    Me llegaron tres interrogaciones.
    
    -???
    
    Y enseguida
    
    -Estas enfadada?
    
    ¡Mi niño! ¿No sabía que me dolía más? Si que se portase como un sinvergüenza o que sintiese su conducta afeada y rechazada por mí al ignorar su mensaje. Abrí la foto porque lo que sí que estaba segura era de no querer que mi pequeño se sintiese un anormal pervertido violentando a su madre con semejante guarrada.
    
    Caray, ¡menuda polla! Y eso que había enfocado desde arriba. Desde luego en eso no se parece a su padre. Bueno… ni en eso, ni en casi nada. Sabía que era larga pero no el calibre que tenía.
    
    ¿Qué le contesto?, si pudiese hablar con Bea, pedirle consejo. Da igual, necesitaría horas para que de mi garganta salieran las palabras con que explicarle todo aquello. No me atrevo ni a leer en voz alta lo que escribo.
    
    Desde que vio que yo entraba a ver la foto el muy impaciente me dio apenas dos ...
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