1. El desvirgamiento de Rufina


    Fecha: 05/10/2024, Categorías: Incesto Autor: Kiko, Fuente: CuentoRelatos

    ... entrar en acción. Vas a sentarte con tu coño encima de mi polla.
    
    Sacó la polla morcillona. Rufina se sentó sobre ella.
    
    -Aprieta el coño contra mi polla y frótalo.
    
    Hizo lo que le dijo. La polla al sentir el coño mojado deslizarse sobre ella se puso dura. Rufina le dijo:
    
    -¡Qué gustazo!
    
    Puso su cara al lado de la de Elisardo. Al tener barba de tres días le pinchó.
    
    -Ahora sé por qué mi madre te llama Puerco Espín.
    
    Elisardo la pilló por el aire.
    
    -No es por la barba, me lo llama porque de niño siempre andaba cazando erizos.
    
    Elisardo ya estaba que fumaba en pipa. La echó sobre la hierba, le cogió los pulsos, la besó y lamió y chupó su cuello, luego le dio unos picos y a continuación le metió la lengua en la boca. Rufina le hizo la cobra y le dijo:
    
    -No eches la lengua fuera cómo las culebras que me da asco.
    
    La besó sin lengua, le lamió y chupó el cuello por el otro lado, luego le lamió una oreja. A Rufina le entró la risa floja.
    
    -Ja, ja, ja. ¡Me haces cosquillas!
    
    -¡O te callas o no te corres!
    
    -Callo, callo.
    
    Le soltó las manos, se echó a su lado y le desabotonó la blusa. No llevaba sostén y sus tetas meloneras quedaron al aire. Las agarró con las dos manos, las juntó y magreándolas, lamió y chupó sus gordos pezones y sus rosadas areolas. Rufina con la cara colorada no perdía detalle de lo que le hacía su tío. Al quitarle las bragas le dijo:
    
    -Échalas donde dé el sol para que sequen.
    
    -¡Calla, coño!
    
    -Callo, callo, pero échalas donde ...
    ... le dé el sol.
    
    Elisardo después de quitarle las bragas encharcadas de jugos y de echarlas donde le daba el sol, le levantó la falda. El coño de Rufina era gordo. La raja era pequeña y tenía poco vello alrededor de ella. Le frotó la polla en los labios y en el clítoris y al ratito se corrió sobre su clítoris. La leche bajó y encharcó los labios vaginales. Rufina estaba cachonda a más no poder. Al acabar de correrse Elisardo, le dijo Rufina:
    
    -El cuerpo me arde.
    
    -Enseguida te apago el fuego.
    
    Elisardo metió todo el coño de su sobrina en la boca, chupó y volvió a lamer. Rufina ya no necesitó más. Sacudiéndose tuvo un orgasmo bestial.
    
    Al acabar de correrse, sofocada, le dijo a su tío:
    
    -¡Eres un cochino!
    
    -Si tú lo dices... ¿Comemos?
    
    -¿Qué trajiste?
    
    Elisardo la corrigió.
    
    -Se dice: ¿Qué has traído? No se dice que trajiste.
    
    -Yo he traído una tortilla, pero la podemos dejar para la merienda. Saca a ver que traes tú.
    
    Elisardo sacó de una pequeña cesta el queso de cabra, el pan, el chorizo, el jamón y la bota con vino tinto, Rufina le dijo:
    
    -¡Cuadrada me voy a poner!
    
    El desvirgamiento de Rufina
    
    Al acabar de comer Rufina estaba algo mamada del vino que había bebido. Elisardo le preguntó:
    
    -¿Sabes que me gustaría hacer?
    
    -Echarme un polvo y llenarme el coño de leche.
    
    -Sí y no, follarte, sí, llenarte el coño de leche, no, pero...
    
    -Le echó la mano a la polla.
    
    -¿Pero qué?
    
    -Pero estás bebida.
    
    -Si no me desvirgas hoy otro día no voy a ...
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