Héctor me enseña el placer de la humillación
Fecha: 08/10/2024,
Categorías:
Dominación / BDSM
Autor: hecmat20, Fuente: CuentoRelatos
... correa negra con un gancho para conectar al bracete de mi cuello, el cual me había olvidado que vestía. Me puse en cuatro patas para ser jalada como una perra alrededor de la cocina y la sala para lentamente llegar al dormitorio. Subí a la cama y reposé mi vientre sobre dos almohadas que estaban listas para recibirme. A mi derecha estaba el borde de la cama, a la izquierda diferentes tipos de consoladores y látigos, en al frente mío había una webcam sujetada al cabezal de la cama. Detrás mío, mi master tenía todo mi culo a su disposición.
Estaba relajándome en mi nueva posición porque mis rodillas me estaban matando, nunca había pensado que a mis 50 años estuviese ensayando todas estas poses que estiraban mis músculos y ponían mis articulaciones en situaciones ricas, pero incomodas. Hector metió su lengua en mi ano jugando con movimientos circulares y me ordeno que me masturbara con una mano. Mi clítoris estaba muy sensible y fue fácil excitarme de enseguida. La meta de Hector era relajarme para meterme algo, que no sabía si iba ser algún consolador o su verga. Sacó su lengua de mi culo…
Abrí la boca para recibir un pequeño consolador de metal con un botón de “diamante” al final. Lo chupé eróticamente hasta dejarlo húmedo de baba mientras mi ano era lubricado con un frio gel.
- “Mastúrbate y relájate.” – Mi master ordeno dándome una palmada en mi chucha.
- “No dejes de mirar a la cámara. ¿OK?” –Dijo Hector
- “OK”. – Respondí nerviosa.
La punta del tapan ...
... anal comenzó a entrar, me puse nerviosa y contraje mi ano haciendo difícil que Hector me lo metiera. Intento otra vez después de indicarme que me relajase, pero no pude hacerlo y no pudo meterlo tampoco en la tercera. Vino a mirarme con una mordaza de bola roja en mano… Me puse pálida del susto y dije que si porque no quería que los vecinos escuchen lo que iba a salir de mi boca. Hector pudo haberme amarrado las manos, pero creo que quería que todo este descubrimiento sea paulatino, algo gracioso porque estaba a punto de desflorarme el ano.
En el cuarto intento, Hector no tuvo paciencia ni piedad y empujó el tapón en mi culo. No entraba, grité más de nerviosismo que de dolor, mi cuerpo negaba la penetración… Mis manos me temblaban. Recibí múltiples palmadas en mi culo por tener un obstinado ano… Salte, grite y me enterré en la cama para no seguir recibiendo el castigo. No sé por qué reaccionaba así, ese maltrato y humillación me excitaba, deseaba que me penetrara no solo por el culo.
“Suplícame que te lo meta por el culo.” – Dijo mi master desabrochando el bozal y dejándome libre mi boca.
“Métemela en el culo, te suplico”. – Dije sorprendida de lo cachonda que estaba.
No tenía ya la mordaza, una táctica que debería relajarme sino todo el edificio escucharía mis gritos sino me entraba. Mas lubricante fue untado en mi ojete, mi cuerpo completamente extendido y mis manos abriendo mis nalgas, Hector me la metió empujándole todo en una. Solté un grito espeluznante, ...