Héctor me enseña el placer de la humillación
Fecha: 08/10/2024,
Categorías:
Dominación / BDSM
Autor: hecmat20, Fuente: CuentoRelatos
... mordiendo las sabanas y apretando colchón. Fueron unos largos 20 segundos que tardo en introducir el tapón anal de 2 pulgadas de ancho. Mi ano lo acepto a regañadientes felizmente sin expulsarlo, contrayendo mis músculos interiores que hacían que no se escape. Mi cuerpo temblaba...
De los pelos me bajo de la cama, ato la correa a mi cuello y me llevo por toda la casa como una perra. Me hizo gatear por toda la casa, recitándome todo lo malo que había hecho en esa sesión de mañana.
- “Te has olvidado de decirme Daddy”. – Dijo Hector para luego darme una palmada en el culo.
- “Tuviste orgasmos sin pedirme permiso”. – Me reclamó con dos palmadas fuertes en ambas nalgas.
- “Mira lo que has hecho en el piso de la cocina!” – Mi Daddy me grito por haber eyaculado en todo el piso.
No sé cuántas fueron, pero me cacheteó el culo como si fuese una niña malcriada, me hizo saltar en mis propias rodillas, esconder el culo y tirarme al suelo para no recibirlas. Me dio duró que me hizo gritar dejándome sin aliento. Me llevo al baño, bajo su cierre y con su miembro sami erecto orinó sin quitarme la mirada y yo de su miembro que deseaba tener adentro.
- “Ruégame que quieres lavar mi verga con tu boca”. – Me dijo Hector mirándome
Cuándo veía a Hector años atrás, siempre deseaba chupársela y él se retrajo en algunas ocasiones porque estaba sucio. Ahora el quería que se la chupe, pero nunca pensé lavarle la pinga con mi boca. Me excité en solo pensar ese pedido, pero con ...
... dudas le pedí que me la metiera en la boca. El solo se rio y me dijo que todavía no estaba lista para hacerlo.
Me llevó al centro de la sala donde me quito la correa de perro. Me puse de pie a pedido de mi master y saco una cadena de su bolsillo. Eran dos ganchos de metal unidos en una cadena de casi un metro de largo. Recibí un beso apasionado en mis dos pezones, dejándolos húmedos y poco adoloridos después de ser mordidos. Hector me miró directamente a los ojos y conectó cada abrazador en mis pezones.
Estando en mis cuatro patas, mi master caminó alrededor mío varias veces enseñándome provocativamente una pala de negra de cuero que decía “BITCH”. Era grande, negra y sonaba espeluznante cuando la hacía chochar con la palma de su mano. Yo sacudía la cabeza diciendo que no quería recibirla, tenía miedo que me deje marcas, pero el rozar del cuero por mi cuerpo me excitaba. Hector estuvo 5 minutos acariciando mis partes íntimas con el borde de la pala, incluso metiéndola un poco dentro de mi chucha, notando lo mojada que estaba.
El castigo comenzó en mis nalgas, golpe tras golpe venían en olas que activaban mis sentidos que hacían vibrar mi cuerpo. El tapón de mi culo parecía entrar más a mis entrañas con cada paletazo, mis músculos se retraían y relajaban instantáneamente haciendo que mi culo sea estimulado por el tapón que entraba y salía. Me sentí sucia, mala y que me merecía todo el castigo que mi master me daba.
Las lágrimas me salieron cuando Hector me jalo la ...