Mis adoradas mujeres
Fecha: 12/10/2024,
Categorías:
Grandes Relatos,
Autor: WadeHolden, Fuente: CuentoRelatos
... hija. Dios mío, ¿qué me estaba pasando? ¿por qué me descontrolaba de esa manera? pensaba yo.
Rosi vino al rescate, puesta sobre aviso por la actitud desbocada de la niña. Cuando llegó donde me encontraba, tratando de ocupar su lugar preeminente a mi lado, se dio cuenta de mi problema y entonces se molestó. Pero no conmigo, sino con su hija. La llevó fuera de mi alcance tomada por un brazo y le reclamó fuertemente su actitud.
- ¡Eso que estás haciendo con tu tío, está muy mal! ¡Él es un hombre adulto, maduro, no un niñato, para que estés jugando así con él! ¡Y menos en su actual situación! ¡Eres una desvergonzada! Mejor te vas o ese hombre va a explotar. ¡No se te ocurra tratar de llevarlo al límite! Vete a tu casa a buscar a Juan Luis para que te calme tus calenturas. ¡Fuera de aquí!
La chica obedeció a su madre, pero no se mostraba avergonzada, sino como con cara de triunfo. Me dio la impresión, sin haber podido escuchar la conversación, que había habido una pelea de hembras por su macho. Tal vez estaba alucinando, pero esa fue mi impresión…
Rosi regresó al agua, a mi lado y trató de quitarle importancia a la situación, pero de pronto, al mover su brazo cerca de mí, su mano me rozó y notó mi erección y se quedó de piedra. Salió del agua y yo no hallaba que hacer. Me daba pena salir así. Era mi hermana, había respeto.
Al fin, la erección remitió y pude salir. Me fui a sentar en una tumbona, para tomar un poco de sol y Rosi se me acercó para darme loción con un ...
... bloqueador solar, por mi espalda y brazos. Lo hizo con suavidad, con ternura, sin ningún tinte erótico. Solo un masaje leve en mi piel, pero cargado de sentimiento. De cariño de hermana. Luego me acosté para que hiciera lo mismo por mi pecho, abdomen y piernas y al terminar, hice lo mismo a ella. Con el mayor respeto, con consideración extrema al hecho de que se trataba de mi hermana.
Tomamos el sol por un buen rato y luego nos levantamos y fuimos hasta el sofá de la terraza, a tomar una limonada y sentarnos juntos, a conversar como dos amigos, algo que solíamos hacer desde pequeños. Empezamos a recordar viejos tiempos, viejas anécdotas, reímos y lloramos, hasta que me confesó una cosa que me dejó pasmado:
- Camila le confesó un día a mamá, hace ya unos años, ella tendría 14 o 15, que estaba enamorada de ti. Que tú eras su figura paterna, sí, pero también su figura masculina. Representabas para ella al hombre de los sueños de una mujer, el que la llenaba de amor. Y algunas de sus amigas del colegio también estaban chifladas por ti, por buenmozo. Pero también por ser un padre a todo dar, porque eso es lo que siempre has sido para ella. Tal vez por eso está comportándose así, ante la ausencia de Miriam. Tendré que conversar seriamente con ella.
No supe que decirle, la verdad era que aquello me tomó desprevenido, pero me hizo recordar que Rosi también tuvo comportamientos un tanto extraños conmigo a esa misma edad:
- ¿Recuerdas cuando tenías 13 años, que te gustaba ...