1. Se le marcaba mucho la entrepierna…


    Fecha: 21/10/2024, Categorías: Erotismo y Amor Autor: femerba, Fuente: CuentoRelatos

    ... ni preocupado. ¿Qué es, entonces?
    
    La verdad, dijo, no estoy segura. ¿Segura de qué? Pregunté. Pues de lo que preguntas. Hay personas que llaman la atención, pero eso no necesariamente tiene que generar expectativas. ¿O, si? Depende, contesté. ¿Qué tipo de expectativas? Pues, no sé. A veces ve uno personas que impactan y surge la intención de aproximarse, entablar contacto con ellas y conocerlas. ¡Ya! Creo entender. Hay algún hombre aquí que ha captado especialmente tu atención. Y, mirándome, como que he tocado el punto, me ha contestado, sí. Y ¿quién es? Pregunté. Aquel hombre que está allá. Parece estar solo.
    
    Dirigí mi mirada hacia él y no me pareció nada especial. Era un tipo normal, como yo, tal vez 1.70 metros de estatura, tez morena, cabello negro, complexión mediana, de rostro agradable, bien vestido, tal vez con una indumentaria muy juvenil para la edad que aparentaba, pero, en mis palabras, nada del otro mundo. Sin embargo, en palabras de mi esposa, algo había captado su atención. El tipo, para acabar de completar, de cuando en vez echaba una mirada hacia donde estábamos y llegué a pensar que ya había establecido contacto visual con mi mujer y que el obstáculo para que algo sucediera era yo.
    
    Mire al tipo varias veces, de arriba abajo, tratando de establecer que era ese algo que había captado la atención de mi mujer. Bueno, seguí, preguntando, y qué es lo que te ha llamado la atención de ese señor. Pues, nada especial, se nota que es una persona bien, ...
    ... quizá es profesional, tal vez intelectual, y, de repente, me ha llamado la atención. Tengo curiosidad. Bueno, respondí, esa curiosidad tuya así, tan de repente, pudiera responder a otros intereses. ¿Estás muy arrechita, hoy? Un poquito, respondió. Pero, repliqué, ¿a qué hora fue eso? Porque, cuando salimos esta tarde de la casa, nada de eso se había mencionado.
    
    Pues, no sé, se dio. ¿Y qué lo causó? No sé, respondió. El tipo me pareció agradable y ya. Pero, continué, habrá algo que te haya despertado la calentura, porque no de otra manera se explica ese cambio de actitud de un momento a otro. Bueno, dijo, me da vergüenza decirlo, pero se le marca mucho la entrepierna y tengo curiosidad. Volví a mirar al señor y, la verdad, no entendía en qué momento ella había tenido la oportunidad de captar ese detalle. Y, siendo así, entendía que su expectativa era conocer o probar ese bulto en la entrepierna. Y ¿dónde lo viste? Desde que llegamos, contestó. Lo vi bajar de un acarro en el parqueadero y ha coincidido en todos los sitios donde hemos estado.
    
    ¡Ya! Okey. Si mal no entiendo, el bulto en la entrepierna llamó tu atención y tu expectativa, lo que ha estado pasando por tu cabeza toda la tarde, es la posibilidad de ver, saborear y probar lo que tiene ese señor. ¿Verdad? Pues, sí. ¿Hay algo malo en eso? Replicó. No, nada, respondí. Pero hubieras sido más concreta desde el principio y no se hubiera perdido tanto tiempo. Aunque, pensándolo bien, el hecho de que haya sido así hace que ...
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