Se le marcaba mucho la entrepierna…
Fecha: 21/10/2024,
Categorías:
Erotismo y Amor
Autor: femerba, Fuente: CuentoRelatos
... realmente donde nace la atracción. Lo cierto es que, después de verte la primera vez, sentí la tentación de seguirte y verte y verte.
¿Y solo verte y verte? Pregunté. ¿Qué más pasó por tu cabeza? Jejeje… espero que no se incomoden. ¿Por qué? Repliqué. No es algo que se diga todos los días, respondió. Bueno, nos quedamos esperando la repuesta. ¿Cuál es? La seguí porque pasó por mi cabeza la idea de abordarla y decirle que me gustaría hacerle el amor. Tan solo eso. Okey… Y ¿qué le habrías respondido tú, si eso hubiera pasado? Pregunté, mirando a mi esposa. Bueno, no sé… Le diría que estaba contigo. ¿Y si no estuvieras conmigo? Insistí. Le diría que ¿por qué no? Y si te hubiera respondido así, ¿cómo hubieras reaccionado? Jejeje… Le hubiera dicho, ¡vamos!
¿Vamos? ¿A dónde? Le pregunté. Jejeje… Por acá hay muchos sitios a donde ir. Hay muchos moteles disponibles. Incluso podemos ir caminando. Y ¿sigue en pie ese por qué no? Le pregunté a mi esposa. Sí, respondió. Si él está dispuesto, ¿por qué no? Bueno, parece que se juntó el hambre con las ganas de comer, comenté. Y ¿qué te llamó la atención de ella? Volví a preguntarle a él. Jejeje… le vi su cara y me gustó… también sus senos… ¿Y las piernas, no? Repliqué. Cuando la vi la primera vez estaba en Jeans. No sé, me pareció atractiva. Y ahora, lo está más. En resumen, apunté, ¿aún sigue viva la idea de hacerle el amor a mi esposa? Sí, respondió. Y tú, ¿qué dices? Pregunté a mí esposa. ¡Vamos! Fue su respuesta.
Bueno, ...
... Antonio, andando, dije. ¿Es muy lejos para ir caminado? Pregunté. No, dijo, estamos a una cuadra, más o menos. Ok. Vamos. Así que salimos caminando los tres. ¿Tienes muchas ganas de hacerlo? Le preguntó mi esposa. La verdad, sí, respondió él. ¿Y tú? Por alguna razón, yo también tengo muchas ganas, le respondió ella. Hagamos que funcione, comentó él.
Así como él dijo, no tardamos mucho en llegar a “Romances Suites”. El sitio es adecuado para ingresar en vehículo, así que nos vimos un tanto extraños y expuestos a la vista del público entrando a pie. Nos asignaron una amplia habitación en el segundo piso, con decoración temática, bastante erótica. No más entrar, y sin decir nada, mi esposa y él empezaron a quistarse la ropa. No hubo nada de preliminares. Y ¿cómo? Pensaba yo, si son unos perfectos desconocidos.
Ella lo tenía claro, pienso yo, porque sabía que aquello era sexo únicamente. Antonio de desnudó frene a mi esposa, dejando ver que mi esposa había captado bien los detalles de aquel señor, pues lo que enmarcaba su entrepierna en su pantalón, no era otra cosa que un pene bastante prominente, que, erecto, hacía ver a mi esposa bastante vulnerable. ¿Será que su vagina podrá acomodar en su interior aquella cosa?
No más quedar desnudos, ella y él, mi esposa, fascinada con lo que veía, no tardo en ponerse en cuclillas, frente a su macho, para empezar a degustar el voluminoso pene que estaba a su alcance. Y él, fascinado por aquella situación, no prevista, dejó que ella ...