1. Infiel por mi culpa. Puta por obligación (22)


    Fecha: 29/10/2024, Categorías: Grandes Relatos, Autor: DestinyWarrior, Fuente: CuentoRelatos

    ... frente a mí. Una mano, la derecha, soportando su peso sobre los adoquines terracota, y con el antebrazo izquierdo, cruzando su rostro para ocultar de mi visión su adolorido llanto. Ya no lloró, por fuera. Mí llanto ahora va por dentro, empapando de amargura mi corazón al ver a mi amor desencantado.
    
    —Después de eso me prometí llegar a casa, –recién limpia de aquella asquerosa saliva y con la misma ropa de por la mañana– para buscarte necesitada de tus abrazos y sentirme en ellos rodeada del confort que me hacía tanta falta. Sólo tuya, pero usada. Sana y salva, recién culeada. Y deseé que me amaras y con tu ternura acostumbrada, me desnudaras lentamente, disfrutando de mi piel y yo de tu cuerpo, sin las prisas y el poco tacto que tuvo el afortunado comprador.
    
    —Necesitaba que me hicieras el amor y yo, hacértelo con más ganas que nunca, después de aquel martirio. ¡Sí!, requería con urgencia que tus manos, esas que tan bien me conocían, me recorrieran la piel por completo y borraran con su tibieza, las huellas de las carrasposas caricias que rasparon la epidermis y rasgaron sin piedad mi alma. ¡Y que me besaras con tus labios que si me sabían a gloria y no a la hiel de la boca de aquel profesor!
    
    —En la noche tras dejar a nuestro hijo bien dormidito, fui a nuestra alcoba, te busqué y te hallé. Decidida a olvidar todo bajo las sábanas, el calor de tu piel me llenó de paz y mis labios sobre los tuyos, de muchas ganas de estar contigo, tener una tórrida sesión de ...
    ... sexo que contribuyera a ocultar esas imágenes y aplacar los nervios por la culpa que sentía. Reaccionaste a mis caricias como siempre y mi cuerpo igualmente a las tuyas, pues al instante la granítica dureza de tu pene la sentí, –presionando sobre mi vientre– y le abrí el paso con deseo colocándolo con una mano a la entrada lubricada de mi vagina, cuando deseándonos empezamos a hacernos el amor, pausado y con esmerado deleite, sin afanes contemplándonos, siempre enamorados.
    
    —Mientras que sentía como ibas avanzando en mi interior, en una disfrutada y lenta intromisión, sentí tus dedos atrapar los míos en cada bifurcación, y giré mi rostro dirigiendo la mirada hacia tu mano y la mía, extendidos los dedos hasta cuando te sentí completamente dentro, y las cerramos con fuerza en ese instante, yo al tiempo cerré mis ojos y sonreí de dentro para afuera. Tú amándome tan inocente, yo sintiéndome menos culpable.
    
    —Y nos pertenecimos nuevamente, tú como mi único hombre y yo, siendo de nuevo solo tu mujer. El que me hicieras llegar al primer orgasmo tan rápido, disfrutar de los dos últimos mucho más prolongados, y poder permanecer recostada sobre tu pecho recuperando los dos el aliento, es el placer más grande que podía sentir, renaciendo calmada, en paz y satisfecha de tenerte a ti en mi vida. Ese gozo que sentía contigo, mi cielo, nunca jamás los encontré en otro lecho. Mi placer es ser tuya, entregarme solamente a ti, y esa sensación es de otro nivel, más allá del sexual. ¿Me ...