Infiel por mi culpa. Puta por obligación (22)
Fecha: 29/10/2024,
Categorías:
Grandes Relatos,
Autor: DestinyWarrior, Fuente: CuentoRelatos
... construcción con ellos sobre un terreno únicamente existente en mi mente, se me pasó por alto hacerte el comentario.
— ¿Entonces te diste cuenta? A veces creo que en vez de arquitecto, no te hubiera ido mal trabajando como detective. Eres muy observador. —Le comento algo apenada y sin sonreír.
—Menos mal que no se demoraron, aunque al ir contigo, –tomados de la mano para despedirlos en la puerta– Eduardo se acercó a tu oído y te susurro algo. No me dijiste nada después. Yo tampoco pregunté. Me acerqué a la sala para acompañar a Natasha y a Mateo, esperando con prudencia a que colocaran las últimas piezas del rompecabezas, esperanzado también en que ella se marchara rápido para su casa y nos dejara a ti y a mí, disfrutar por fin de nuestra intimidad. Estaba deseoso de irme contigo a la cama. —Termino por decirle y espero a que me responda sobre ese momento en específico.
—Me dijo que no me preocupara, que él se encargaría desde ese momento en adelante para acompañarme a visitar los clientes, apoyándome con los cierres, y que así entre los dos lograríamos salir adelante de la sequía de negocios. ¿Sabes? Me alegré. Pero no se me pasó por la cabeza en ese instante, cuáles serían sus pautas ni las tácticas empresariales que obligada, debería emprender junto a él.
—Y mientras que Naty y tú se dedicaban a organizar el desorden de fichas dentro de su caja, a regañadientes llevé a nuestro pequeño a su alcoba para obligarlo a dormir. No fue una labor titánica pues ...
... Mateo estaba cansadito y se durmió pronto. Aproveché esos minutos para darle una repasada rápida al Instagram en el móvil empresarial. Fue más por vanidad que lo hice, y comprobé que Fadia había acertado al subir esas fotografías. Muchos corazones y bastantes comentarios aduladores. De mis clientes, de mis compañeros de oficina. Especialmente de él, por supuesto. Sentí una opresión desacostumbrada en mi pecho; satisfacción por una parte, y la infaltable sensación de culpabilidad por el otro. Lo apagué como todas las noches lo hacía, después de bloquearlo con un patrón desconocido por ti.
— ¿Obligada? ¿A qué te refieres? —Le pregunto interesado, pues es lo más destacable para mí dentro de todo lo que me acaba de contar. El resto, su femenina curiosidad por los comentarios sobre esas imágenes posteadas y el que hubiera bloqueado ese teléfono con una clave desconocida, en verdad ahora me importan muy poco. ¡Nunca le revisé nada pues mi confianza en ella era total!
—Efectivamente para comienzos de agosto, Eduardo después de reunirnos a todos en su oficina, nos solicitó escoger con detenimiento a los tres clientes que cada uno veíamos como más viables para cerrar los negocios, y que en un informe le expusiéramos los inconvenientes con los que nos habíamos encontrado para concretar dichas ventas, ya fuera de los apartamentos de interés social al sur de la ciudad, o de las casas en Peñalisa. Y se ofreció para planear contactos telefónicos primero, y luego citas puntuales para ...