Con las botas puestas
Fecha: 29/10/2024,
Categorías:
Fantasías Eróticas
Autor: femerba, Fuente: CuentoRelatos
... decidirse.
Finalmente escogió un conjunto en látex, de color negro mate, compuesto por un corpiño escotado y una falda bastante corta, que ciertamente permitía resaltar sus piernas, haciéndolas ver incluso más largas de lo que eran. Ella se veía bastante sexy y atractiva con ese atavío. Y, con gusto evidente, hicimos la compra.
Bueno, pregunté, pero ¿dónde y cuándo vas a tener la oportunidad de exhibir esa vestimenta? No es un atuendo común y serían muy pocos los espacios y momentos para usar ese vestido. Ya habrá oportunidad, dijo. Y si no, pues se usa en ocasiones especiales. ¿Cómo cuáles? Pregunté curioso. Pues lo luciría para ti. ¿Te parece poco? No, para nada contesté. De verdad te ves muy bien.
Pasaron los días y, de verdad, no hubo oportunidad para justificar el uso de aquel atuendo. Las anheladas botas y el conjunto de cuero permanecían guardados en el closet, sin estrenar. Tuvimos encuentros casuales con “singles” y nunca se dio el momento para lucir aquellas prendas. Y así fue pasando el tiempo hasta que llegó el mes de octubre y, con ocasión del día de brujas, por fin se encontró justificación para lucir las prendas.
Fuimos invitados a una fiesta aquel día, en un hotel exclusivo, motivo por el cual no podíamos aparecernos con cualquier atavío. Ella, sin dudarlo, recurrió a las prendas guardadas en su guarda ropas y yo, un tanto indeciso, decidí caracterizarme como el Conde Drácula, también de negro y con capa.
La fiesta estuvo bastante concurrida y, ...
... como era de esperarse la dama de botas altas, con hombros descubiertos y corpiño escotado, causó sensación. Fuimos presentados con varias personas, conocidas de nuestros anfitriones y, en medio de la algarabía, también aparecieron otros muchos que simplemente querían acercarse para detallar muy de cerca a mi mujer. El ambiente era alegre y agradable, por lo cual ambos estábamos a gusto, sin prever nada diferente a divertirnos un rato aquella noche.
Pero era obvio que muchos hombres estaban cautivados con el “look” de mi mujer y se acercaban a ella en plan de galanteo y conquista, impulso que se veía un tanto frenado cuando identificaban que quien estaba a su lado era yo, su esposo. Así que todo muy distante, muy educado y muy respetuoso. Sin embargo, ella no rechazaba, para nada, las invitaciones a bailar, que fueron recurrentes y muy seguidas. Y, como ella lo disfruta, pues nada raro había en que lo hiciera.
Avanzada la noche y habiendo departido con varias parejas, ciertamente surgió el interés y preferencia por alguien. Ya sabía yo que, si ella mostraba interés en alguien, era porque en sus acercamientos ya había podido evaluar su virilidad, imaginado en su cabeza cómo pudiera ir un encuentro más allá del simple baile. El hombre seleccionado, un muchacho un tanto más alto que ella, de piel morena y contextura normal, parecía divertirla con su conversación, buenos modales y habilidades para el baile.
Avanzada la noche y dado que bailaban repetidamente, una y otra ...