Con las botas puestas
Fecha: 29/10/2024,
Categorías:
Fantasías Eróticas
Autor: femerba, Fuente: CuentoRelatos
... vez, era evidente que aquello pintaba para algo más que divertirse bailando. Al percibir aquello, en mi cabeza ya aparecían imágenes de ellos dos retozando desnudos en la cama, pero ella, claro está, con las botas puestas. Se la veía muy contenta y acaramelada con su parejo de baile, así que me fui anticipando por lo que pudiera suceder y fui a la recepción para rentar una habitación.
Había posibilidades de seleccionar la habitación que más me gustase, así que el botones me acompañó para mirar varias opciones, decidiéndome por un cuarto grande, en el séptimo piso, con una vista magnífica de la ciudad, dotado con una elegante y acogedora cama. A su lado, en la pared, había un espejo que le permitía a uno verse de cuerpo entero. Me pareció ideal para lo que imaginaba iba a pasar. Y si no fuese así, no importaba. Estaba decidido a pasar allí lo que quedaba de la noche.
Cuando volví de nuevo a la reunión, parecía que nada había cambiado. Se la veía a ella bastante relajada y desenvuelta, bailando con el muchacho que había cautivado su atención. Sin embargo, cuando volvían a la mesa, pude observar la delicadeza con la que él la tomaba a ella por la cintura, dirigiéndola entre la multitud de regreso a nuestra mesa. La escena se veía un tanto cómica, porque Luis Andrés, que así se llamaba el muchacho, iba disfrazado de payaso. Un payaso caminando detrás de una “esposa caliente”.
Tan solo con ver la mirada de mi esposa supe que la aventura ya estaba en marcha. Había algo ...
... de picardía reflejada en su mirada y morbosidad en sus gestos cuando se dirigía a él. Se sentaron en la mesa y conversaron por un rato, al cabo del cual mi mujer, sin recato alguno, dijo: me gustaría que nos hicieras unas fotografías. ¿Trajiste la cámara? No entiendo, dije yo haciéndome el desentendido. Ya tu sabes, bobo, quisiera estar un rato con Luis Andrés y me gustaría que me tomarás unas fotos luciendo esta indumentaria.
Okey, dije. Supongo que él ya está enterado cómo funciona la cosa. Pues no le he dicho nada, comentó, pero no creo que eso sea problema. El parece estar muy a gusto conmigo, se ha mostrado muy dedicado y bastante insinuante, por lo que pienso que no va a haber inconveniente. Se la ha pasado coqueteando todo el rato y pienso que, de proponérselo, no rechazaría la oportunidad. Está encantado. Pero, pregunté, estás hablando en serio o es solo una idea. Es en serio, respondió, a menos que no estés de acuerdo. No es que no esté de acuerdo, respondí, solo que no lo esperaba.
Bueno, dije, déjame pagar la cuenta y vamos a la habitación. ¿Cómo así? preguntó. ¿Ya reservaste? Sí, contesté. No sé por qué, pero imaginé que esto iba a pasar. Está en el séptimo piso, la número 703. ¿Nos vamos adelantando? Sugirió. ¡Si quieres! respondí, entregándole una llave. Yo tengo otra. Allá les llego, entonces. Y procedí a cancelar el consumo. Por otra parte, habiendo sido mi esposa el centro de atracción, debió verse curioso que el Conde Drácula, el payaso y la “hotwife” ...