Morir de amor
Fecha: 03/11/2024,
Categorías:
Erotismo y Amor
Autor: Chicles, Fuente: CuentoRelatos
... pareja” expresó para sí misma con tristeza. Quiso la casualidad que, allí, en uno de los desayunos, ellos se sentaron en una mesa contigua. No pudo terminar de desayunar y prefirió salir para evitar que los demás la vieran llorar. Lo peor vino más tarde, cuando Elena y Verónica coincidieron en un taller sobre el uso de materiales concretos. Allí, Verónica se quebró por completo y comenzó a llorar. Afortunadamente, Locha, una de las conductoras del taller, se dio cuenta que algo malo le sucedía a Verónica y de inmediato fue a atenderla. Cariñosamente la abrazó y la llevó fuera del aula. Licha leyó en el gafete de Verónica el nombre de ésta y se dirigió a ella con amabilidad.
–¿Qué te pasa Vero? ¿Te sientes mal? ¿Te duele algo? –preguntó preocupada para saber si requería atención médica.
–¡Sí, creo que Leonardo y Elena andan juntos! –espetó con ira.
–¡Eso es público y notorio! Se ven felices a pesar de la diferencia de edad ¿Eso en qué te afecta? –preguntó ignorante de la situación, aunque la conductora y Leonardo formaban parte del comité que organizó el congreso.
–Es que… –y Verónica empezó a contarle la relación que habían tenido, además del arrepentimiento de su proceder.
Más tarde, Locha, colega de Leonardo desde una década atrás y con quien había realizado labor académica, de difusión e incluso de política sindical, creyó que con sus cinco años mayor que él, debía reclamarle algo. Así que le contó lo que había ocurrido.
–Verónica terminó conmigo ...
... –contestó Leonardo sin mayor explicación.
–Sí, y te conseguiste una niña doce años menor para no tener qué discutir. ¿No sabes que, a veces las mujeres queremos que nos tomen en cuenta? Deberías saberlo, conozco al menos siete mujeres que quieren algo contigo, ¡y tú ni te enteras! –reaccionó molesta.
–Yo sólo sé de cuatro –contestó Leonardo dando los nombres de tres–: y contigo cuatro, ¿quiénes son las otras tres?
–¡Vete a la chingada!, encuéntralas tú para que te las cojas –gritó enojada y con la cara roja que la delataba también avergonzada.
El asunto no terminó tan mal para Licha, pues meses después ella le pidió a Leonardo que revisara la prueba escrita para el concurso de oposición cerrado con el que ésta aspiraba a la mayor categoría académica. Faltaban pocos días para la entrega cuando Leonardo recibió los documentos y esa misma noche le habló por teléfono para decirle “No te atrevas a entregar esto. La parte teórica está excelente y pugnas por unas propuestas innovadoras, pero en la sección de la propuesta didáctica referente al tema que te impusieron echas abajo lo anterior desarrollándola de manera tradicional”.
De inmediato, Licha se dio cuenta de la contradicción y sabría que el Jurado la haría polvo. ¡Dios mío, es cierto! “¿Qué haré ahora si el tema es de los de mayor dificultad y ya no hay tiempo?” dijo angustiada. “¡Pues habrá que trabajarlo desde ya! Trae lo que puedas, yo tengo aquí bibliografía suficiente y empecemos”, propuso Leonardo. “¡Gracias, ...