1. Morir de amor


    Fecha: 03/11/2024, Categorías: Erotismo y Amor Autor: Chicles, Fuente: CuentoRelatos

    ... para detonar los deseos sexuales de él.
    
    –Te me figuras un gato enorme –aseguró Licha esa vez, en medio de un orgasmo, pero el rasguñado fue Leonardo.
    
    Licha se apenó mucho, al cabo de unos minutos, cuando descubrió los rayones ensangrentados sobre la espalda de Leonardo.
    
    –Ya no me arde. Además, valió la pena ver tu rostro mientras me rasguñabas –le dijo Leonardo mintiendo en lo primero y no sabiendo si lo segundo era completamente verdadero.
    
    Todas las veces se mostraron muy complacientes, aunque no siempre lograron lo que se proponían pues eran fantasías absurdas. Se dieron muchas cosas que los hicieron crecer. Aunque Leonardo veía hermosa a Licha, pues la conoció bastante con esas experiencias amorosas, le faltó decírselo explícitamente. A ella le preocupaba el hecho que fuese mayor que él, y en su inseguridad le preguntaba si creía que físicamente era atractiva.
    
    –¡Claro que lo eres y también tu cuerpo es elegante!, incluso tu ombligo...–le aseguraba Leonardo al lamerlo. Esa referencia se debía a que ella le confesó que en una operación quirúrgica en su juventud lo había perdido, pero se lo reconstruyeron.
    
    Las condiciones cambiaron, Leonardo se casó con Elena y ya no había manera de darle un espacio adecuado a la relación sexual con Licha, así que sólo mantuvieron la de amistad.
    
    Por su parte, Verónica tuvo que regresar a sus terapias con el analista, quien antes ya la había dado de alta, ya que sufrió una fuerte depresión desde el rompimiento con ...
    ... Leonardo. Su conclusión fue que debía olvidarse de él y vivir lo mejor que pudiera, pero debería ser sola, si acaso con relaciones sexuales casuales e informales. Cinco años después de aquel congreso donde Verónica encontró a Leonardo y Elena juntos, volvió a cruzarse con él en un centro comercial. Leonardo iba acompañado de su hija, ahora casi adulta, y llevaba una carriola con una niña de medio año. Verónica se sorprendió y pensó que era una nieta de Leonardo. La sonrisa de asombro y de pregunta, fue contestada por Leonardo.
    
    –Es mi hija y de Elena –dijo dando explicación a la duda–. ¿Vienes sola?
    
    –No vengo con José y mis hijos –señalando hacia uno de los pasillos.
    
    Leonardo volteó y vio a José abrazando a sus hijos que miraban atentos el encuentro, en silencio y expectantes, abrazados los tres temiendo un cataclismo. Leonardo entendió que no era conveniente hablar más y se despidieron sin estrecharse la mano para que no se propagara el fuego que ambos sabían se había mantenido latente.
    
    Esa noche, Verónica aceptó la propuesta que innumerables veces le había hecho José: “volvamos a vivir juntos” e hicieron el amor con mucha ternura. No es que en cinco años no lo hubiesen hecho alguna vez, pero siempre ensombrecía a la mente de José sabiendo que ella sólo lo hacía por simple lujuria, tal como lo hacía con otros que también la buscaban y le proponían casarse o al menos vivir como pareja. Sí esa lujuria la desató Leonardo y la cultivó por casi dos años, aunque, para ser ...
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