Mi odiosa madrastra - Capítulo 2
Fecha: 07/11/2024,
Categorías:
Hetero
Autor: dickson33, Fuente: RelatosEróticos
... veces tanto silencio es incómodo.
Había abierto una botella de vino tinto. No sabía mucho de vinos, pero estaba seguro de que esa era una de las botellas favoritas de papá, que guardaba para ocasiones especiales. La comida estaba muy rica. La carne era de excelente calidad, el puré con la dosis justa de leche y manteca, y la salsa bien condimentada, con abundante cebolla, tal como me gustaba a mí.
— No necesito preguntarte si te gusta, porque ya lo noto en tu cara —dijo Nadia.
— Está muy bueno —reconocí, pues me di cuenta de que, si alababa su comida, era posible que estuviera dispuesta a hacerlo de seguido. Además, también se me ocurrió proponerle que yo me dedicara a limpiar la casa, mientras que ella se encargara de la comida. Para mí sería un buen trato, pues la limpieza se me hacía mucho menos pesada. Pero aún no le diría nada, pues ella se había comprometido a limpiar la próxima vez.
— Que lo digas vos es muy importante para mí —dijo ella.
— ¿Y quién más te lo iba a decir? Si acá estamos solos —dije.
Ella soltó una carcajada boba.
— Me encantan los hombres que son graciosos sin proponérselo —comentó.
Tuve la cortesía de encargarme de lavar los platos. Después me metí en mi habitación. Ese día quizá fue la primera vez en la que me di cuenta de que, a pesar de la animadversión que sentía por Nadia, eso no quitaba que podíamos tener una buena convivencia. Quizás ella estaba más consciente que yo del tiempo que pasaríamos encerrados juntos, y por ...
... eso se esforzaba por conseguirlo. A su manera, pero se esforzaba.
Pero todo ese optimismo no tardó en venirse abajo. En medio de la noche, escuché ruidos en el departamento. Alguien había salido. O, mejor dicho: Nadia había salido. ¿Qué carajos? Estábamos en la etapa más crítica de la pandemia, con los niveles más rígidos de la cuarentena, y esta pensaba salir a medianoche ¿Acaso vivía en una burbuja?
Yo ya estaba en la cama. Di una salto, y salí disparado, sólo cubierto con mi ropa interior. Esperaba encontrarla en el pasillo, antes de que tomara el ascensor. Pero justo cuando iba a abrir la puerta, regresó.
— Me olvidé la cartera. Soy una tonta —dijo, como si nada.
— ¿Tu cartera? ¿Estás demente? ¡Vos no vas a salir a ninguna parte! —dije, agarrándola del brazo.
— León ¡Soltame! Me estás lastimando —se quejó ella.
— ¿Acaso vivís en un túper? ¿No sabés que estamos viviendo en una pandemia? Nadie puede andar por la calle solo por andar. Además, ¿Con quién te vas a ver a estas horas? —le pregunté, soltándola del brazo.
— En primer lugar, no tengo por qué decirte con quién me voy a ver. Pero te lo voy a decir, para que no pienses estupideces. Voy a visitar a mi amiga Romina. Hace mucho que acordamos vernos. Además, todo el mundo infringe la cuarentena. Sos el único que conozco que se toma todo al pie de la letra.
— Y una mierda —contesté—. En primer lugar, no te creo que vayas a ver a una “amiga”. En segundo lugar, no voy a dejar que traigas a ese maldito ...