1. Euterpe y Tauro (1)


    Fecha: 27/10/2018, Categorías: Bisexuales Autor: Barquidas, Fuente: CuentoRelatos

    ... francés, claro… Ese francés tan perfecto que ella hablaba
    
    —¡Vaya! Conque es usted, el caballero español; también ha venido a verme aquí. ¡Qué amable es usted, señor! ¡Qué amable…y qué galante, señor caballero español!...
    
    E, inclinándose hacia él, al tiempo que Juan se levantaba, por pura casualidad, sus labios se rozaron un instante, para de inmediato reparar ese más que fugaz beso, pasando a posarse los labios en las mejillas del otro. La Gaenva volvió a sonreír al joven español para, seguidamente, seguir su rumbo entre el público y, finalmente, regresar al escenario
    
    Luego, cuando acabó el espectáculo, equipado con un ramo de flores en una mano, una botella de Dom Perignon en la otra, dos copas, una en cada bolsillo de la americana y el estuche con el collar y los pendientes de perlas en un bolsillo del pantalón, Juan Gallardo volvió a buscar el camerino de la mujer que, en no más de unas cuantas horas, le había sorbido el seso hasta niveles que ni él mismo entonces apreciaba en su total magnitud. De nuevo, como el primer día, se encontró con el infranqueable “cancerbero” en forma de mujer más que arisca; la “fiera” le cortó el paso apenas le “guipó”, con el consabido, “La señorita Gaenva no recibe a extraños”, como si él fuera un marciano o similar, pero ya Juan sabía de qué “pie cojeaba” la adusta fémina, con lo que, enseñándole el consabido par de cientos de euros, le dijo
    
    —¿Querría la señorita salir aquí, al pasillo, ante la puerta de su camerino, y ...
    ... tomarse una copa de champán conmigo? Sólo pretendo eso, tomar una copa de champán con ella, a su lado; sin siquiera despegarnos de aquí, de la puerta de su camerino…
    
    La “fiera corrúpea” torció el gesto, pero tomó los euros y el ramo y se metió por la puerta del camerino tan celosamente guardado y, minutos después, quien salía por tal puerta era la propia Elena Gaenva, ataviada con una bata, a ciencia cierta de seda natural, manufacturada en la antigua República Socialista Soviética de Uzbekistán, hoy República de Uzbekistán. Se acercó a él, tendiéndole la mano que Gallardo se apresuró a besar, cual noble caballero español, para, seguidamente, intercambiar un beso en las mejillas y el joven, tras alargarle una, escanció el champán en las dos copas…
    
    —Esto es muy, muy irregular. Es la primera vez que acepto la invitación de un desconocido…
    
    —Pues eso tiene fácil arreglo; permítame que me presente: Juan Gallardo, de Madrid, para servirle en cuanto haya menester, como su más rendido adorador, ¡oh, suprema diosa del Olimpo de Euterpe y Talía!
    
    La diva se rio con ganas
    
    —¡Pero qué adulador es usted! Y, como todos los aduladores, seguro que un mentiroso de marca mayor. ¡Ja, ja, ja! Pero bueno, ¿brindamos?
    
    —Desde luego. ¿Por qué quiere usted que brindemos?
    
    —Pues… No sé… ¿Por la vida?...
    
    —Tengo una propuesta mejor: Por usted, bella entre las bellas, divina hurí del Edén de Allah, gran Diosa del Olimpo de Euterpe y Talía…
    
    —Lo dicho; es usted un mentiroso ...
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