Le di el culo por decisión propia
Fecha: 16/11/2024,
Categorías:
Anal
Autor: luisfa60, Fuente: CuentoRelatos
... que este, comenzara a latir.
No sé qué fue, pero le pedí que pare, levantándome de la cama fui al baño y traje lo que había visto, en silencio lo deposite en sus manos y él supo que hacer.
Acostándome boca abajo me hizo masajes con el aceite para bebes, deteniéndose en mis glúteos y estimulando el ano con la suavidad de sus manos. Lo circundaba con sus dedos relajándolo e introducía de a poco la punta de su dedo índice, moviendo el mismo en forma circular, (debo reconocer que me gusto) se detuvo a jugar en ese lugar que siempre le había negado.
Cuando me quise dar cuenta, estaba dilatando el esfínter con dos o tres dedos, no sé bien, el placer que estaba sintiendo era inmenso que obnubilaba mis sentidos.
Creo que se dio cuenta que ya estaba preparada para recibirlo, se colocó el preservativo untándolo con vaselina, puso en el orifico del ano una buena cantidad también, como por dentro.
Ahora fue el quien se acostó boca arriba, me susurro.
- Subí a horcajadas, con tu mano lleva la pija al agujero y comienza a introducirlo vos, maneja tanto los tiempos como las sensaciones, si te disgusta o duele podes parar y listo, por lo menos lo intentamos.
Hice lo que me dijo, tome su pene sentándome encima, relajándome lo más que me salía, deje descargar mi peso suavemente sobre él, fue entrando suavemente, hasta el momento sin dolor, cuando quería empezar el dolor, paraba, lo dejaba acomodar y adaptarse, hasta que en un momento sentí que estaba todo adentro, miro su ...
... cara, lo veo con los ojos en blanco la boca abierta del placer, dejando escapar gemidos que me excitaban cada vez más, comienzo suavemente a subir y bajar, mientras el acompaña mi actividad con su pelvis, a un ritmo similar, mientras hacía unos movimientos laterales.
Con dos dedos estimulaba el clítoris mientras metía dos de su otra mano dentro de mi vagina. Ya me encontraba extasiada del placer que nos estábamos brindando, hasta que explote en tremendo orgasmo que hizo temblar todo el cuerpo, mis piernas no aguantaban más la posición, no paraban de moverse. Al darse cuenta de esto, suavemente la saco y me hizo arrodillar en el piso sobre una alfombra, con el cuerpo recargado en el colchón, también se puso de rodillas detrás de mí, abrió los glúteos, puso más lubricante e introdujo nuevamente su duro, largo y grueso miembro dentro de mis entrañas. Lo recibí gustosa y dispuesta disfrutar de nuevo esto que me había perdido por tanto tiempo, ahora sus movimientos eran rápidos y duros, pero no molestaban, muy por el contrario, me proporcionaban placer, ese placer que me hizo gritar como desaforada cuando tuve ese orgasmo anal del que tanto había escuchado. Al escuchar mis gritos sus movimientos fueron más duros aun, sentí sus testículos golpear en mi vagina, hasta que dio una estocada a fondo para descargar el semen, que lamentablemente quedo atrapado en el látex del preservativo, me hubiera gustado sentir el calor en mis vísceras. Nunca había experimentado una sensación tan ...