1. El señor taxista (01)


    Fecha: 17/11/2024, Categorías: Hetero Autor: Jcasf, Fuente: CuentoRelatos

    ... tenía que quitársela, a lo que ella levantó los brazos, como para ayudarme a sacarle el vestido. Tomé la falda y fui levantando. Fue como pelar una fruta y quedarse solo con la pulpa. Era un cuerpo de revista, su carita con el maquillaje medio corrido la hacía ver aún más sensual, casi irreal.
    
    —Gracias señor taxista —me dijo, con voz inocente muy fingida, lo que me prendió aún más.
    
    Se sentó en el sillón, lo que hacía sobresalir sus prominentes caderas con su hilo dental cortando la piel. Su brasier tenía muchos encajes, cubriendo un notorio busto con piel de durazno. Ella me devolvía la mirada, y algo cambió. De pronto su vista bajó, y yo seguí su mirada. Ella se estaba fijando en la mitad de mi falo que asomaba entre la toalla.
    
    —Señor taxista, ¿Sabe qué hago antes de dormir? —dijo de forma muy sensual, estirando su mano y cogiendo el tronco de mi verga.
    
    —No lo sé, ¿qué hace una belleza como tú antes de dormir? —le contesté, sin creer aun lo que estaba ocurriendo.
    
    —Me tomo mi vaso de leche caliente —me dijo, levantando mi pinga y mientras ella se agachaba, lamiendo todo el tronco sin dejar de mirarme. Eso hizo que mi otro yo interior, dormido por años despertara.
    
    Le separé un poco la verga de la cara y retrocedí un par de pasos, quería estar seguro de lo que ella quería (como si una mamada no fuese suficiente confirmación). Pero ella se puso de rodillas y avanzó hacia mí, tomando nuevamente mi falo llevándoselo a la boca. Con ello se diluyeron todas mis ...
    ... dudas. Y si quería pagar mi amabilidad de esa manera, yo no se lo impediría.
    
    Y así la tenía a ella, de rodillas con la boca llena, moviendo su cabeza hacia adelante y hacia atrás, dándome tímidas miradas de tiempo en tiempo mientras se dedicaba a la faena. Seguía con sus ligeras prendas, me agaché un poco y liberé su brasier, que de inmediato cayó, dejando libres sus tetitas juveniles, redondas y brillosas por la humedad.
    
    Era tan bella que le empecé a acariciar la cabeza, escuchando algo similar a un ronroneo de su parte mientras mamaba. Nuevamente me miró y se la sacó de la boca, así mirándome me habló:
    
    —Trátame con rudeza —me dijo— ¡quiero que me pegues! —siguió hablando, generándome muchas dudas en como seguir adelante. Al verme así, abrió su boca y me mordió la cabeza de la verga, causándome un chingo de dolor. Le agarré el cuello y le di una bofetada, no muy fuerte, solo lo suficiente para hacerla soltar mi pedazo. Ella cayó de costado y se tocó la cara, y en su mirada no había pánico, sino deseo, se levantó y se metió toda la verga en la boca, me agarró de la cadera y se la metió hasta que sentí que tocaba su garganta, e incluso más. Eso me jodió la mente.
    
    Le agarré el cabello y le hice un mete y saca brutal. Le hacía tener arcadas mientras ella lograba meterse casi hasta la base mi falo.
    
    —Traga perra, ¿eso querías esto no? —le dije, y ella asentía, pellizcándose los pezones, mientras lagrimeaba por no poder respirar. La chavala era una loca del sexo duro, y ...
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