El jefe de mi esposo
Fecha: 22/11/2024,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Ishtar Flores, Fuente: CuentoRelatos
... marido se agarraba la cabeza, loco de placer. Subi la intensidad de las mamadas, pero él muy astuto, me sujetaba la cabeza y después de un rato, cuando sentía que se iba a venir, me jalaba con fuerza del cabello para alejarme y que dejara de chuparlo; se esperaba unos segundos y diciéndome: “¡sigue mamando puta!” me empujaba para continuar con la felación. Me hizo detenerme unas cuatro veces; en una de esas me dijo: “quiero disfrutar de tus mamadas lo más que se pueda mamacita, me encanta como la chupas y quiero tener una gran venida y que te tragues toda mi leche” y me hacía seguirlo chupando; a veces me empujaba hasta el fondo, con su miembro llegando hasta mi garganta y me sostenía con fuerza la cabeza, sin importarle que yo manoteara porque sentía que me ahogaba; cuando eso pasaba, él me decía: “¡aguanta putita, aguanta, siente mi verga como te llega hasta el fondo; trágatela toda puta barata!”.
Después de unos momentos de estar chupando el pene, Anubis me tomó del cabello y me hizo detenerme. Me dijo: “espera puta o me voy a venir”. Me detuve, aunque no quería y entonces él me dijo: “ve a la cocina, trae un plato de sopa y fruta”. Obedecí en silencio, y fui a la cocina por mi comida. Cuando regresé con mi sopa el joven maduro me tenía otra sorpresa. Cuando coloqué mi plato en la mesa me dijo: “No, espera, no vas a comer ahí” y se levantó de su lugar. Fue por una pequeña maleta que estaba en su armario y que yo no había visto; la abrió y sacó un collar de cuero para ...
... perro con una cadena y también sacó un plato de los que sirven para darle de comer a los perros. Yo miraba asombrada y pensé: “¡Oh no, me va a humillar haciéndome comer en ese plato como perra!” Y no me equivoqué; el infeliz viejo se acercó a mí y me entregó el collar de perro; solamente ordenó: “póntelo”. Yo me le quedé viendo y estuve a punto de reclamarle y negarme, pero ya había firmado un contrato aparte de que ya estaba ardiendo de lujuria. Tragué saliva y tomé la correa con el collar, lo abrí y me lo coloqué en el cuello. Luego mi semental me dio el plato de perro y me dijo: “pon ahí tú la sopa”. Iba a comer cuando el mandamás de mi esposo me dijo: “¡Al suelo!” Entendí su orden, y aunque me enojaba mucho, me aguanté el coraje, tomé el plato de perro y lo bajé al suelo.
Anubis había tomado la correa del extremo opuesto al collar y me jaló como ordenándome que me bajara a comer. Le seguí el juego y me coloqué con las rodillas y las manos en el piso y me empiné para comer como perra. Iba a meter la cara en el plato de perro para sorber la sopa. Cuando dijo espera puta, y comenzó a orinar, me ordeno, tu también hazlo, me hinque hice a un lado mi tanga y salió orina de mi vagina. Mi dominador, que se había sentado en una silla sosteniendo el extremo de la cadena sonreía mientras me tomaba fotos con su celular y me dijo: “Haz como las perras, saca la lengua para tomar la sopa”. Aguantándome la humillación y el coraje hice lo que él quería, comí como perra lo cual para un ...