1. Destinados


    Fecha: 26/11/2024, Categorías: Infidelidad Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... ¿lo habéis entendido?
    
    • Y si no queremos, que vas a hacer – dijo el tío al que estaba machacando el hombro.
    
    • Volveré para terminar el intensivo masaje que te estoy haciendo en el hombro, hasta
    
    dejártelo inservible, tú verás que te conviene.
    
    Los tíos se marcharon, Silvia pareció animarse y cogiéndome del brazo me llevo a un pub irlandés que se encontraba cerca de la casa donde nos encontrábamos, allí bebimos bailamos y al final reímos. No sé por qué, pero lo que sentía al estar al lado de Silvia solo Lo había sentido con Marta, pasamos la noche y al día siguiente la invite a desayunar. Nos intercambiamos los móviles y empezamos a quedar muy a menudo, yo utilizaba el tiempo que me dejaba el trabajo y el entrenamiento para quedar con ella. Por suerte para mi vivía cerca de la tienda de Hiro, ella también estaba estudiando derecho y aprovechábamos los días que yo estudiaba en el despachito de Hiro para hacerlo juntos. Silvia era una mujer muy lista y le apasionaba su carrera tanto como a mi, los meses fueron pasando y no pasábamos de una simple amistad. Los dos sabíamos que sentíamos mucho más, pero todo el daño recibido nos frenaba bastante.
    
    En una ocasión Hiro me dijo que los trenes que nos proporcionaban buenos viajes en la vida pasaban pocos y que si tenías uno cerca, tenías que subirte a el sin pensárselo dos veces. La verdad que yo sentía que Silvia era ese tren y decidí invitarla a cenar y tirarme a la piscina, le invite a un restaurante que me recomendó ...
    ... Hiro, menos mal que me presto dinero. Con lo que tenía yo ni para el pan, entonces me arme de valor y se lo dije.
    
    • Silvia, pensé que mi corazón se había secado para siempre, pero contigo ha vuelto a latir y con mucha fuerza.
    
    Silvia se quedó callada mirándome, la incertidumbre me tenía de los nervios. Empezó a llorar, se levantó y me planto un beso en toda la boca. Terminamos de cenar y me llevo a casa de sus padres, estos no estaban por encontrarse fuera por adustos de trabajo. Según entramos por la puerta Silvia se me echo encima, yo estaba muy nervioso. No era virgen, pero las veces que lo había hecho con Marta aunque las últimas no estuvieron mal, la confianza en mi mismo estaba por los suelos.
    
    Silvia se dio cuenta de mi nerviosismo y me dijo que lo dejara todo en sus manos, me fue desabrochando la camisa mientras me iba dando besos y mordisquitos en el cuello. Eso me fue poniendo a tono y mi polla empezó a crecer, después fue descendiendo mientras pasaba su lengua por mi pecho hasta llegar a mi polla. La libero con maestría y se la metió en la boca, el placer que sentí hizo que pusiera los ojos en blanco y tuviera que hacer esfuerzos para no correrme en ese mismo instante.
    
    La separe de mi, hice que abriera un poco las piernas y me agache para bajarle el tanga que traía, el olor que desprendía su sexo me embriago. Lo tenía rosadito y muy húmedo, me esmeré en jugar con su clítoris para darle el máximo placer y parece que lo estaba consiguiendo. Silvia tampoco ...
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