Pija ajena en concha, culo y boca trae problemas
Fecha: 01/12/2024,
Categorías:
Infidelidad
Autor: suruminga, Fuente: CuentoRelatos
... ella. Lo considero incapaz de invitarme para hacerme pasar un mal rato”.
- “Quiero hacerte saber en particular tres cosas. Empiezo por la menos importante, he terminado con Elsa. La siguiente es un pedido, me encantaría que sigas a cargo de mi cuenta; te tengo total confianza, más aun después de saber lo que le dijiste al doctor Leopoldo. La última también es un pedido, por favor, si alguna vez necesitás algo que esté a mi alcance no dudes en pedírmelo, será un placer ayudarte”.
Después de un rato más de charla nos despedimos y regresé al hotel. Al día siguiente, habiendo regresado del trabajo, Sofía me contó las novedades.
- “Parece que las desgracias la siguen a tu ex, primero te perdió a vos y ahora el trabajo, la despidieron”.
- “Quién lo hubiera dicho, pensé que su posición era muy sólida”.
- “Creía lo mismo pero el diablo metió la cola. El señor Balmaceda, que es uno de los mejores clientes de la agencia, los presionó de manera muy efectiva”.
- “Esto sí que es novedad, ignoraba esa relación al no haber dependencia directa sino simple prestación de servicios”
- “Los convenció diciendo que iba a divulgar su infidelidad, que se iba a retirar como cliente y que haría circular el rumor de que Elsa le había ofrecido alumnas para participar de sus reuniones”.
- “Ya me parecía que ese hombre no iba a aceptar mansamente el insulto de despedida”.
- “Y cuando mi hermana se quejó de la medida le respondieron que el primer punto era un tema personal, ...
... el segundo los perjudicaba un poco y el tercero era algo serio, pero los tres juntos constituían una bomba que ocasionaría enorme perjuicio a la empresa, que por supuesto no pensaban asumir”.
La cercanía con Sofía después de mi separación fue paulatinamente incrementándose, física y emocionalmente, al punto que en las frecuentes salidas a veces íbamos abrazados, yo tomándola por los hombros y ella agarrada a mi cintura. Así fue como un día me dijo.
- “El viernes quisiera ir a bailar, me acompañás?”
- “Encantado pero no sé si te conviene, soy mal bailarín”.
- “Esa parte no me interesa, sos buena compañía”.
-“Entonces, con inmenso placer actuaré de viejo verde”.
El día acordado fuimos a una discoteca conocida por mi cuñada. En un ambiente agradable, música que permitía hablar y ser escuchado, yo era uno de los pocos veteranos, por supuesto que todos acompañando damas jóvenes. Cosa rara, pues casi siempre evitaba el tema, se refirió a su hermana.
- “La extrañás?”
- “No, simplemente de a ratos aparece algún recuerdo; no tengo la nostalgia de quien añora algo que antes poseía y ahora no, sino como una cosa que quisiera borrar de la memoria”.
- “Te puedo ayudar?”
- “Hace tiempo que me estás ayudando, lo que podría haber sido un infierno, con tu apoyo, quedó reducido a molestia”.
- “Y antes, no sospechaste algo?”
- “Alguna vez se me ocurrió pero lo di por una normal sensación de celos, hasta la tarde que ustedes discutieron y, de casualidad, las ...