Mariana, la presidenta de colonos (2)
Fecha: 02/12/2024,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Madr77, Fuente: CuentoRelatos
... colgado al hombro.
Yo debía tener cara de tonta, ruborizada y solo con la cabeza asomada fuera de la puerta, entonces volví a escucharla.
- Mariana estás bien, ¿ese era tu nombre no?, volví en mí, y entreabrí un poco más la puerta.
- Si, perdona estoy un poco aturdida, me había dormido un rato.
- No importa, me dijo, lo entiendo, acabo de salir de trabajar del Sex Shop, pero acordándome de la fiesta de la otra noche, y pensando que quizás no estabas muy acostumbrada, decidí pasarme por tu casa para traerte algo que creo que te vendrá muy bien, metió la mano en su bolso y sacó un pequeño bote de color rosa.
- Mira esto es una crema calmante, tiene rosa mosqueta y aloe, creo que te refrescara y bajara la inflamación que seguro aún tienes.
Sin acordarme de cómo iba vestida, abrí del todo la puerta, y me acerque a coger el tarro, Irina en ese momento me miro de arriba abajo, con una sonrisa se quedó mirando mis pechos, que se marcaban en la bata, todo mi cuerpo se trasparentaba a través de mi bata, intentando tapar mi desnudez, me eche un poco hacia atrás para no quedar tan expuesta, y ella lo tomo como una invitación a entrar, ya que yo ya no le franqueaba la puerta.
Una vez ella estuvo dentro y para que ningún vecino me pudiera ver semidesnuda cerré la puerta, ella volvió a coger el tarro de mis manos y se dirigió al salón, empezó a contarme, que la crema no me provocaría ninguna reacción alérgica, que era un producto que se vendía mucho en la tienda y ...
... que no solamente era buena para después de una buena sesión de sexo, sus propiedades calmantes me vendrían de perlas para después de tomar el sol, por ejemplo.
Irina hablaba de sus productos, como si de una promotora de la perfumería de Liverpool o Palacio de Hierro se tratara, para ella hablar de sus propiedades era lo más natural, yo la seguí a la sala y al sentarme a su lado, note de nuevo un poco dolor en mi culo y mi vagina, mi cara tuvo que cambiar y el gesto de dolor tuvo que ser claro, ya que ella dejo de hablar y con una sonrisa me dijo:
- Acuéstate, esto te hará mejorar en un momento.
Yo como si estuviera hablando con mi médico, hice lo que me decía, era tal la confianza que me inspiraba y el dolor que sentía (en ese momento me estaba arrepintiendo de la sesión masturbatoria que tuve la noche anterior), que no me lo pensé dos veces, lentamente me eche hacía atrás, quedando recostada en los cojines de cara a ella. Irina, me abrió un poco las piernas y se sentó en medio, lentamente me fue abriendo la bata, hasta dejar mis pechos al descubierto, era una locura, estaba completamente expuesta a una total desconocida y no sentía ningún pudor, es más notaba como un calorcito muy agradable me subía desde la entrepierna.
Ella sin dejar de sonreír, abrió el bote, metió tres dedos y con ellos embadurnados en un gel rosa se acercó a uno de mis pechos, lentamente y con mimo fue rodeando mi aureola y mi pezón que, aunque duro y sensible después del maltrato recibido en ...