1. Oficialmente cornudo...


    Fecha: 10/12/2024, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: femerba, Fuente: CuentoRelatos

    Una cosa es la fantasía y otra totalmente diferente la realidad. La verdad, en el matrimonio, con el paso de los años, de repente, se despierta la curiosidad y los impulsos para buscar aventuras y atreverse más allá de lo convencional. ¿Por qué no?
    
    Con mi esposa fantaseábamos muchas veces sobre la posibilidad de tener aventuras sexuales con otras personas. Muchas veces ella, en medio de desinhibidas conversaciones, reflexionaba, ¿por qué si los hombres tienen libertad para buscar aventuras y coger con varias mujeres a lo largo de la vida, las mujeres no?
    
    Bueno, decía yo, creo que ambos tenemos el mismo derecho. El tema es que nosotros nos atrevemos más abiertamente y ustedes no. Tal vez el deseo existe, pero pasar del dicho al hecho requiere cierto atrevimiento y valentía, sobre todo cuando la mujer ha sido educada de manera conservadora y tradicional, donde ella debe dedicarse a su marido y hogar. Cualquier cosa que se haga fuera de ese principio puede juzgarse como inapropiado y fuera de lugar.
    
    Las conversaciones fueron haciendo mella y, con el tiempo, hicieron que, tal vez, un tanto liberados de las responsabilidades del hogar porque los hijos ya estaban crecidos, la fantasía pasara a otra dimensión y surgiera la posibilidad de dejar la atrás la imaginación para pasar a la acción. Me causó curiosidad ver cómo, de un momento a otro, mi esposa empezó a referirse al tema con más insistencia y asiduidad. No pasaba semana donde no se tocará el tema, por uno u otro ...
    ... motivo.
    
    Al fin, un día, ante tanta insistencia, surgió mi reto. Ya que tienes metida la idea en la cabeza, ¿serías capaz de llevarla a cabo? Sí, contestó con total convicción. Bueno, seguí el juego. Ya que andamos en estas, tenemos que ponernos de acuerdo en la manera de cómo volver realidad la fantasía y para ello tenemos que definir cosas concretas. ¿Qué es lo que quieres? Estar con otro hombre, contestó. Y ¿para qué? Para experimentar lo que se siente. He sido mujer de un solo hombre y quisiera probar cómo es estar con otra persona.
    
    ¿Hay alguna preferencia en especial? De momento, no. Pero, dije, entonces, ¿cualquier hombre estaría bien? Sí, dijo ella. ¿Tienes a alguien en mente? No. ¿Un conocido, un amigo, un compañero de trabajo, alguien en quien hayas puesto la atención? No, no, no sabría decir. Creo que, decía ella, tomada la decisión, en su momento, el hombre elegido aparecerá. Y ¿cómo saberlo? No lo sé. Llegado el momento, lo sabré.
    
    ¿Cómo crees que vamos a llegar a ese momento? No lo sé. ¿En dónde buscamos o cómo lo vamos a encontrar? No lo sé, repetía. Entonces, replicaba yo, ¿Cómo empezamos? ¿Cómo vamos a encontrar algo que no sabemos muy bien qué es? Salgamos, dijo ella, vamos a discotecas y sitios para adultos, a dónde van otras parejas, quizá allí encontremos algo. Y con esa propuesta, así inició todo.
    
    En un principio fuimos a bares y discotecas, pero nada raro pasaba. Aparecían hombres que la cortejaban, bailaba con ellos, una que otra tocadita, uno que ...
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