Oficialmente cornudo...
Fecha: 10/12/2024,
Categorías:
Fantasías Eróticas
Autor: femerba, Fuente: CuentoRelatos
... conocerla y darse la oportunidad de darle verga en cuanto hubiera chance. Y creo que eso la calentaba al máximo, así que la posibilidad de tener un encuentro con alguien parecía estar muy cerca.
Y la oportunidad, ciertamente apareció. Un día me mostró la foto de un muchacho, un hombre relativamente joven, bastante moreno él. Me dijo que se llamaba Andrés, que vivía en el centro de la ciudad y que habían contemplado la posibilidad de conocerse muy pronto. Creería, dije yo, que si llegamos a esto es porque el tipo te mueve la aguja. Me parece un tipo atractivo, no lo puedo negar, y tengo la curiosidad. Además, habiendo hablado con él, supongo que ya le conoces la vida, obra y milagros, así que no debe haber muchos secretos.
Es un tipo joven, casado, vive con su mujer, tiene un hijo, trabaja en un negocio de internet de su propiedad y por eso el contacto y la frecuencia en la comunicación. Me imagino, dije yo, que, con aquello de la cámara y demás, ya se conocen bastante y no solamente el rostro. Sí, dijo ella. Bueno, supongo que él quiere tener sexo contigo. ¿O me equivoco? No. Eso es lo que quiere. ¿Y cuál es su fantasía? Quiere tener sexo con una señora casada en frente del marido. Y con nosotros tiene esa posibilidad. ¿Y tú lo ves probable? Sí. Él sabe que tú tienes que estar ahí. Es la condición. Y ¿cuándo va a ser? Pronto.
Ese pronto llegó muy rápido. Una semana después, un sábado en la noche, ella quedó de encontrarse con él en una discoteca en el centro de la ...
... ciudad, cercana a su sitio de trabajo. Llegamos muy puntuales al lugar, pero él no había llegado. Mi esposa estaba vestida de manera muy provocativa, muy sugestiva. Toda una puta diría yo y eso, además de excitarme, me pareció bastante inusual en ella. Creo que estaba mental y físicamente dispuesta a hacer realidad su fantasía. Los hombres que había allí no dejaban de echarle el ojo y, creo, ella se sentía a gusto con el impacto que estaba causando.
El hombre llegó casi una hora después. Llegué a pensar que nos había dejado metidos, pero finalmente apareció. Era un mulato joven, bastante apuesto, de buen cuerpo y un tanto más alto que ella. Contrastaba el color moreno de su piel con el color blanco de la piel de mi mujer y, como diría yo después, hacían juego. Muy respetuoso se acercó a nuestra mesa, intuyendo que éramos nosotros, desconociendo yo que ya se conocían de antes por aquello de la cámara, las fotos que compartían a través del internet y quién sabe qué otras cosas que para mí eran secreto en ese momento.
El hombre saludó a mi mujer como si se conocieran de toda la vida y se dirigió a ella con mucho respeto y delicadeza. Supuse que aquellas citas en internet habían sido algo más que charlas, pero, el hombre, para qué, de entrada, me agradó. Era un mulato joven, de contextura atlética, de seguro practicaba algún deporte y, como todo hombre en una situación de estas, se le notaban las ganas de follarse a mi mujer. Y ella, por lo visto, también le tenía muchas ...