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Samantha: Corrupción y perversión de una casada
Fecha: 11/12/2024, Categorías: Sexo con Maduras Autor: JCerva, Fuente: CuentoRelatos
... nada de andarte subiendo el cierre, no estás haciendo nada malo- la viejita le decía a Samantha mientras le daba un beso en la mejilla y comenzaba a alejarse de ahí. -¡¡Es... es... espere... Doña Carmen!!- una avergonzada Samantha le gritaba a la señora. Haciéndole señas con una mano de que regresara mientras con la otra mano intentaba cubrirse lo más que podía sus pechos. -¿Qué paso muchacha? No me digas que te molestaste porque te hice eso- la señora le preguntaba a la joven mientras apuntaba hacia su sudadera. -N... n... no, no es eso, aunque si me tomo por sorpresa. Solo quería preguntarle si aún vive donde mismo y que si me podría pasar su número de teléfono para estar en contacto y que me diga a que horas puedo ir a su casa- Samantha sacaba su teléfono de una de las bolsas de su suéter y se metía a la opción de agregar un nuevo contacto telefónico. -Es cierto. Se me habían olvidado esas cosas jajaja. Si mija, ahí donde mismo se encuentra tu humilde casa. Tú puedes ir a cualquier hora que quieras después de las 4 de la tarde mi amor. Y mi número es...- le dictaba la mujer a Samantha y esta se apuraba a teclear los números. Después de intercambiar números Samantha y Doña Carmen se despidieron de un beso en la mejilla, después la señora se alejó de ahí. Mientras nuestra joven casada metía su teléfono en la bolsa de su suéter bajaba su mirada hacia sus pechos. -”Tal vez Doña Carmen tenga razón. No está mal el salir un poco destapada a la calle. Además... ...
... no es como que alguien me vaya a mirar, ya soy una señora. Los hombres solo están en busca de jovencitas. De seguro el tipo que mi chiflo y me pito en la mañana lo hizo en forma de burla”- pensaba la mujer, aunque sin que ella se diera cuenta con un poco de decepción. -Aunque a la próxima me pondré brasier, me siento extraña de salir sin brasier a la calle. En voz baja se decía Samantha mientras se subía el cierre de la sudadera a la altura de su ombligo. Según ella eso era para que el suéter no se moviera tanto y le tapara un poco más de sus pechos. Lo que no sabía es que solo haría que fuera más visible el bamboleo de sus pechos al caminar. Apenas empezó a caminar y se dio cuenta de este detalle. Y cuando se disponía mejor a subirse el cierre completamente, sintió como su celular comenzó a sonar dentro de su bolsillo. Rápidamente tomo su celular y vio que era un mensaje de su amado esposo. Con alegría lo abrió y grande fue su sorpresa cuando leyó en el mensaje, “Cariño, espérenme para comer juntos”. Le dieron ganas de marcarle en ese preciso momento y decirle que claro que si lo esperarían. Y ese que Roberto tenia a cargo una construcción muy importante por la que casi no estaba en casa. Salía temprano de casa y llegaba muy tarde por lo que la interacción entre ambos se había vuelto un tanto distante. Por lo que el tenerlo más tiempo en casa le causaba mucha alegría a Samantha. Pero entendió que si él le había mandado un mensaje en vez de llamarle era porque estaba ...